viernes, 7 de julio de 2023

Crítica: MUÑEQUITA LINDA


Apropiadas

La Casona Roja abre sus puertas para compartir el I Encuentro de Espacios Alternativos 2023 de la mano del espectáculo Muñequita Linda, conformado por tres unipersonales de las creadoras e intérpretes Cecilia Borasino, bailarina; Janet Gutarra, actriz y Pamela Gutiérrez, cantante. La puesta escénica logra conjugar estas tres voces femeninas abriendo así un espacio para dialogar, cuestionar, revisar y, sobre todo, poner el cuerpo en escena en función a componer un nuevo sentir. Cada una desde el manejo de sus disciplinas y así, de cierta manera, relegar la imagen distorsionada de la mujer que aún persiste en nuestra sociedad y que tanto tiempo ha sido sometida bajo presión en distintos ámbitos de la su vida.

Pandemonia se entrega de inicio a fin a un equilibrio precario, la columna conectada con y para el espacio, maneja un centro que atrapa, conmueve. Las imágenes compuestas en relación al espejo, casualidad o no, son potentes. La iluminación, el humo que ingresa en momentos exactos y el vestuario elegido acompañan muy bien a la partitura de movimientos que se ejecuta. Este último elemento en mención, bastante apropiado por la bailarina. No obstante, uno de los elementos, como el audio extradiegético que aparece al inicio y luego no se sostiene esa dimensión sonora deja un sabor de incertidumbre al finalizar. Los ritmos, el manejo correcto de los elementos están presentes en este unipersonal lleno de transformación, de muñeca a animal. Pasando por una constante lucha entre ambos extremos, aparece el sexo, lo lúdico, lo onírico. Una labor arriesgada, empero con alguna que otra transición de momento a momento suelta que no logra engranar e impactar del todo.

Por otra parte, La mujer habitada nos ofrece un viaje que pareciese ir del presente al pasado o a un posible futuro anhelado. Nos regresa con un corto texto al momento adecuado y vivencia aquellos pesares a los que se nos hace difícil ingresar, pero una vez dentro, se enciende ese vigor que cada mujer posee; inundando la sala con ese grito ahogado lleno de sabiduría o de alivio, y obsequia la sensación que a donde quiera que esa mujer vaya habrá vida, echará raíz y cual fruta, el placer será parte de su astucia. En cuanto a los elementos escénicos, el espejo también genera ciertas lecturas, el vestuario ubica en una situación ficticia a la actriz como un personaje estable; sin embargo, el accesorio, como las rodilleras, sacan un poco de esa imagen que inicialmente se va componiendo en relación al espacio. Tal vez sea el color de estas que cambiándolas por una que forme parte del vestuario quedaría estéticamente más compacto.

Finalmente, Te quiero, dijiste nos ofrece un popurrí de canciones dedicadas a la ausencia, con agradecimiento; la nostalgia o el duelo para con esos amores que se nos escapan de las manos, que no podemos atar a nuestro lado y que con el paso del tiempo se convierten en una grata lección de vida. La melodía se adueña del espacio y la voz que interpreta cada palabra, en diversos idiomas, cala en cada uno de nuestros sentidos. La función termina con la canción correspondiente al título del espectáculo, las tres artistas expuestas/sentidas y el público satisfecho de haber presenciado la compleja labor de estas mismas.

Conny Betzabé

7 de julio de 2023 

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