Poesía en tiempos de caos
De por sí el título es impactante: Dramatis Personae. Esta frase, traducida desde el latín, significa “el drama de la gente”. Tengo que
confesar que el dramaturgo Gonzalo Rodríguez Risco tiene una imaginación muy
sutil, pues nos hace reflexionar sobre el carácter de la vida; es decir, que a
pesar de las terribles circunstancias en las que se puede estar viviendo, la
vida y, sobre todo, la alegría sigue. El montaje aborda la tragedia de tres
escritores, Lucas (René Ynquillay), Juan (John Benites) y Marla (Romina Farfán),
quienes no pueden encontrar sus respectivas inspiraciones artísticas. Lo brutal
es que lo hacían en medio de los años de la violencia política del Perú, en los
ochenta y noventa. Esta situación planteada no genera empatía, más bien enojo
por la indolencia; sin embargo, a medida que transcurren las escenas, el
espectador va resolviendo preguntas y concluyendo que la tragedia y la alegría de
la vida son caras de muchas monedas. Todo es relativo. ¿Acaso en plena pandemia
del COVID no se siguieron celebrando cumpleaños o bodas?
Actoralmente resaltaron todos los actores por la propuesta
tan bien realizada de sus personajes y también, por su memoria, pues Dramatis Personae duró casi una hora y
media. Quiero felicitar el hecho de que en ningún momento los actores perdieron
energía y presencia escénica. Destacaron Ynquillay y Benites como los escritores
bohemios; queda claro que ambos hicieron una investigación previa de qué es la
vida literaria de Lima, pues las gesticulaciones y dicciones eran propias de un
escritor joven. Esto me gustó mucho, pues hace que los montajes sean más interesantes.
Además, hubo escenas en donde el personaje de Farfán se desespera, pero la
actriz nunca llegó a sobreactuar y eso fue muy resaltante. La escena más
impactante fue la desgarradora revelación de un pariente fallecido (Luis
Cuadros), en donde es más que evidente la influencia de la primera escena de Hamlet, pero a diferencia de Shakespeare,
Rodríguez Risco apuesta por un diálogo con carácter de confrontación. A pesar
de que la actriz Grecia Morales actuó en breves momentos, es de destacar cómo
construyó de manera tan clara y arriesgada a su personaje de meretriz; para
cualquier actriz el representar este papel, sin caer en la vulgaridad, debe ser
un gran reto y ella lo logró con creces.
La escenografía fue una composición de elementos propios de
una vida bohemia. Me gustó que se usara la luz roja en las escenas en las que
los actores recuerdan vivencias pasadas y pasajes de sus historias literarias. Felicitaciones
a la productora Atmósfera Alterna. El público peruano merece más gente
entusiasta y original como ustedes.
Enrique Pacheco
17 de julio de 2023
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