lunes, 21 de octubre de 2019

Crítica: EL MISTERIO DE IRMA VAP

La energía de la masculina femineidad

Función 19/10/19

Muchos actores, al ser designados para asumir el reto de componer un personaje femenino, caen en el lamentable referente del amujeramiento de gestos cliché y movimientos amanerados que toman de los llamados sissy o fagot. El interpretar un rol femenino para los varones lo convierte en energía extra cotidiana. Desde los inicios del teatro y con mayor fuerza en el teatro isabelino, que es una de las principales referencias documentadas en la dramaturgia, es que llega a nosotros que siendo adolescentes o muy jóvenes actúan como mujeres y en el teatro de Tirso de Molina, las mujeres asumen roles masculinos, de repente en contraparte para empoderarlas en el teatro. Siempre hay un interés por parte del público al ver transgredir los géneros en escena. Lastimosamente, en el teatro isabelino y español no hay referentes amparados en la nueva arquitectura corporal para una técnica actoral en la composición de personajes femeninos, que sí la tiene el teatro Kabuki y con mayor preponderancia, los hombres que interpretan personajes femeninos denominados “Onnagatas”.

En este montaje, Pietro Sibille y Pablo Saldarriaga hacen una gala de improvisación y frescura en la composición de sus diversos personajes, haciendo del juego de roles una versatilidad escénica, tomando como base los diversos clichés y los reinventan. No es solo una postura para cada personaje, es también la energía; si no hay eso, el cliché sigue siendo un “cliché” y no trasciende. Ellos tienen esa capacidad construida/innata. Hacen del accidente, el punto de partida para la creación escénica, improvisando y lo más importante es que siguen la línea dramática, a-temporizando lo que conviene dramatúrgicamente para retomar el libreto, esto pasa repetitivamente y debería dosificarse.

El grave problema que tiene y que es muy notorio, es cuando ambos están fuera de escena y aún no han logrado el cambio de vestuario flashmente. El montaje está fluyendo y hay una interrupción, teniendo escenario vacío, a veces para salvar la situación, hablan desde bambalinas sin llegar a ser una voz en off. La visión del director debería hacerse presente para transformar esos momentos, así como también redefinir los endebles biombos con formas diversas para recrear el espacio escénico. Los trucos de aparecidos/desaparecidos son develados antes de su realización y pierde todo su encanto. El excesivo uso del humo hace que algunas personas se retiren del recinto teatral.

Este montaje está basado en el compromiso de ambos actores en escena, es una lección de buen “impro” y salir del apuro, así como también de una buena técnica actoral para la comedia que muy pocos lo logran.

DRA. FERNANDA
21 de octubre de 2019

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