Valiente llamada de atención
La terrible realidad que enfrentamos como nación, a todo
nivel, resulta una fuente inagotable para que nuestros artistas concreten
proyectos teatrales que busquen la reflexión en el espectador. En este año, desde
discretos montajes como Siguiente, que pone sobre el tapete lo tremendamente
irregular que es nuestra sistema de salud pública, hasta sugerentes y
trepidantes espectáculos como Bagua, ni grande ni chica, que denuncia el
escandaloso desalojo de nativos amazónicos por parte del gobierno aprista en
beneficio del tratado de marras con los Estados Unidos, se encargaron de hacer
un pertinente llamado de atención a la sociedad y a sus líderes. A este grupo
se le une Este lugar no existe, obra escrita y dirigida por la joven Alejandra
Vieira, ganadora del Concurso Nacional “Nueva Dramaturgia Peruana 2017” del
Ministerio de Cultura y que formó parte del Centro de Formación Teatral Aranwa
en su Programa “Directores en acción” 2016.
Este lugar no existe sostiene su historia en la ingenuidad
de la pareja protagónica: Julia (Yaremis Rebaza) y Ernesto (Santiago Torres)
habitan en un pueblo amazónico tomado por la minería ilegal; ella sobrevive
como prostituta y él soporta las duras e inclementes condiciones de este
trabajo informal e inhumano. Durante sus encuentros, en los que al inicio solo
se dedican a conversar, surge una estrecha relación que los lleva a imaginar un
futuro lejos de todo el infierno en el que viven día a día, un futuro en la
capital, una ciudad a la que idealizan de manera obviamente equivocada. La Sala
Tovar de Miraflores, así como el Teatro Ricardo Blume de Aranwa, le permite a
Vieira trabajar de manera circular, con mínimos elementos y centrándose en las
muy correctas actuaciones de los jóvenes Rebaza y Torres, quienes con mucha
frescura sacan adelante sus personajes y hacen creíble su romance en escena y
su inequívoco y trágico destino. Además, la notable Irene Eyzaguirre siempre
impone su presencia, a pesar de lo reducido de su papel.
Siendo la puesta en escena de tono intimista, se corría el
riesgo de perder de vista su contexto social y político específico (sugerido en
breves imágenes proyectadas al inicio), en beneficio de esta historia de emprendimiento
imposible por parte de estos cándidos jóvenes, en literalmente cualquier espacio
y tiempo. Sin embargo, Vieira logra integrar con coherencia las diversas (y tan
nuestras) problemáticas que nos aquejan, no solo en lo concerniente a la
minería ilegal, sino también a los profundos abismos culturales que separan
nuestras regiones, en donde campea la corrupción, la violencia y la
explotación. Ya desde el título se nos anticipa que esa “Tierra Prometida” de
la que hablan los protagonistas, en efecto, no existe. Producida por Onírica
Teatro Independiente, Este lugar no existe es una digna y valiente llamada de
atención sobre las terribles condiciones que viven nuestros compatriotas en otras
latitudes; seres humanos con anhelos y esperanzas que se ven perdidos por la
inoperancia y atraso de nuestro sistema.
Sergio Velarde
19 de septiembre de 2019
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