sábado, 14 de septiembre de 2019

Crítica: III FESTIVAL DE ESCENAS CORTAS - JÓVENES DIRECTORES


Unas de cal y otras de arena, parte II

Función 13/09/2019

El III Festival de Escenas Cortas -Jóvenes Directores, organizada por la Producción Artística de la Escuela Nacional Superior de Arte Dramático, en su tercera edición, es un evento que año a año viene desarrollando una gran labor para promocionar proyectos escénicos, dentro de la gran Comunidad Ensadina de alumnos y ex alumnos, para desarrollar capacidades en la dirección, actuación y diseño escenográfico. Cuatro obras fueron seleccionadas y están en temporada en Roma-Ensad.

Honorarios exitosos de Daniel Subauste
Dirige: Miguel Torres

Este trabajo del joven director nos muestra, de manera muy sencilla y funcional, lo que un montaje de corta duración debe ser: desde la elección de la obra, que es el punto de partida para una buena creación escénica, el diseño espacial para el transito actoral, las imágenes que se componen, así como también el vestuario y maquillaje, la música, los efectos sonoros y visuales, por citar algunos puntos, contribuyen a que toda la propuesta tenga una unidad; pero la elección de los actantes pudo ser mejor.

Este montaje, muy lúdico desde el inicio, nos recuerda una “performance formulística” usada por los políticos, donde “invierten” para una reelección en este caso municipal y donde todos somos culpables por los elegidos, porque muchas veces no tenemos conciencia al emitir nuestro voto. Es lo que ocurre en nuestro país, plagada de la corrupción en todas las esferas y Torres nos lo refriega en nuestro ser con su propuesta.

Este trabajo lleva un ritmo ascendente hasta casi llegar al clímax, donde el protagonista, desde un inicio, no sostiene el personaje y recurre a un “gestus” sin creación de sentido, mas sí de un “cliché gestual”, un texto sin vida.  En cambio, vemos a una Patricia, quien de inicio a fin lleva el ritmo de la obra, es la perfecta ladrona escénica, quien compone, maneja la creación de sentido correctamente, una voz agradable y es la “piquichona” del político; con todo lo mencionado, ella avasalla de lejos a su partner; el escenario la quiere.

Un trabajo que puede dar mucho más para redondear. 

Dos vidas, basada en la obra Dos mujeres de Javier Daulte
Dirige: Manuel Conde

Siempre es un riesgo caer en el cliché cuando se componen personajes gays: los amujeramientos y amaneramientos son recursos tan gastados y tan mal usados que, en vez de aportar, deslucen lo que se pretende componer.

Dos vidas muestra la extrema soledad de las parejas gays, que son obligadas a confinarse/autoexiliarse, en muchos casos para poder sobrevivir en una sociedad tan “shit” y violenta como es la nuestra y para buscar salir de la rutina, se busca un tercero para salir de la monotonía y muchas veces, conflictiva relación.

Este montaje no tiene un objetivo claro, los actantes no logran expresarlo por medio de sus acciones o actividades que realizan, se muestran muy inseguros ellos como actores, sus textos no tienen el efecto de acción/reacción y si eso no está, no es posible la comunicación orgánica, la creación de sentido y el desarrollo dramático. Manipulan los muebles toscamente y eso entorpece aún mucho más su “in-objetividad”.

¿Cómo es posible que el personaje de Ale, se “acomode” el pañuelo como corbata en todo el montaje? Él emite el mensaje, como personaje y como actor que no lo sabe hacer, que no ha investigado lo suficiente para poder hacerse la corbata. En ese “pequeño” detalle mal ejecutado se resume las falencias de este trabajo: mala comunicación entre ellos, mal uso de los elementos escénicos, manejo pobre del texto, una desesperación que realmente no desespera. Un trabajo totalmente sin vida escénica.

La transición para llegar al final, donde Danny se suicida, es totalmente inorgánico, ridículo, aún mucho más cuando aparece travestido (sin llegar a ser travesti), negado para el ritmo, sin sentido, totalmente anti funcional.

Dra. Fer Flores
13 de setiembre de 2019

P.D. Por otra parte, la estructura que posee el escenario ha estado presente en los cuatro montajes y eso no contribuye al desarrollo de los montajes, estéticamente no contribuye a crear nuevos lenguajes escénicos; los cuatro montajes han estado forzadamente uniformizados en el plano escénico.

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