lunes, 28 de enero de 2019

Entrevista: YASMINE INCHÁUSTEGUI


“Para hacer teatro se necesita agallas”

Uno de los colectivos más representativos de Teatro para la infancia en la capital es, sin duda, Palosanto, liderado por el maestro Ismael Contreras. Uno de sus últimas apuestas, Pinocho Vagamundo (2018), recibió la mención del jurado de Oficio Crítico como el mejor montaje dentro de su categoría; asimismo, su actriz protagónica, Yasmine Incháustegui, recibió el mismo reconocimiento por su destacada participación. “Escuchar a los niños es la regla número uno de Ismael”, afirma Yasmine. “El niño es participativo y se tiene que improvisar dentro de la historia; al comienzo sí me costó, yo estaba estudiando al empezar a trabajar con Ismael y así pasa en los estrenos: ya lo tenemos todo, pero los niños lo van cambiando, pero así el montaje va ganando y creciendo”.

Teatro para niños y adultos

Yasmine se interesó en el teatro cuando era estudiante de Quinto de Secundaria en el Rímac. “Llegó un grupo de teatro aficionado, estaban haciendo Jesucristo Superstar, ingresé y me gustó”. Y si bien ella ya tenía la idea de estudiar Ciencias de la Comunicación y ser profesora, un grupo de amigos la animó a entrar a la ENSAD a estudiar Actuación, en donde tuvo dos profesores que fueron sus pilares hasta hoy: Ismael Contreras y Daniel Dillon. “Ismael te deja crear mucho, te da mucha libertad; como alumnos, en sus clases de primer ciclo, volábamos un montón, siempre la tiene muy clara y sabe cómo orientarte”. Y Dillon es, para Yasmine, el otro lado de la moneda. “Es más analítico, más concienzudo en los detalles, en cómo decir el texto; lo básico es la acción, pero debes encontrar los detalles del personaje”.

Con Un busto al cuerpo (2012) de Ernesto Caballero, bajo la dirección de Dillon, Yasmine egresaba formalmente de la ENSAD, pero ella ya estaba integrando el elenco de Palosanto de Contreras desde el 2010. “Entré a reemplazar a una actriz, mi primera obra fue Achikée, la Tierra Seca; estuve cuatro años, después de me retiré por cuestión de horarios, pero regresé el año pasado”. Yasmine estuvo en los elencos de La zorra vanidosa y Pinocho Vagamundo, todos los fines de semana en el auditorio del CAFAE. “Las obras de Palosanto son propias, originales y con mensaje”, indica. “Por ejemplo, a una obra con Pinocho se le da la vuelta desde su propia dramaturgia, eso es muy difícil de encontrar”. Si bien es cierto Yasmine tiene una larga experiencia en teatro para la infancia, intervino en otras puestas de interés, como Naturaleza muerta (2015) de Claudia Sacha, Reflejadas (2017) de Joaquín Blanes y Gracias Morales, y más recientemente, Aparecen las mujeres (2018) de Sara Joffré. “Se piensa que el teatro infantil es fácil, pero no es así: todos los personajes se abordan igual, tanto para niños como para adultos, pero está el timing en las obras infantiles, hay que escuchar al niño, él te va a interrumpir y debes reaccionar a eso, ese es el plus”.

Las caras del teatro

“Una buena actriz de teatro debe trabajar la verdad y aprender de todo: saber actuar, cantar o entonar, bailar, improvisar; todo depende de la obra, porque el mercado es bastante amplio”, afirma Yasmine. Por otro lado, un buen director de teatro debe “tenerla clara, que te dejen espacio para la creatividad; no me gustan los directores que marcan, sé que en cierto momento ya debes marcar, pero debe dejarte crear y proponer”. Asimismo, las obras de teatro dirigidas a los más pequeños deben tener sus propias características. “Tienen que ser originales, tener el punto de vista del dramaturgo y una enseñanza concreta que pase en tu contexto”.

Como toda artista independiente, Yasmine ha hecho de todo en el teatro. “Hago producción y también me gusta escribir”, revela. “He llevado talleres de dramaturgia y tuve la oportunidad de poner mis textos en escena”. Por ejemplo, con Claudia Sacha como profesora, se organizó el evento 7 voces en escena (2014), en donde escribió y dirigió El desayuno; y con la Asociación Cultural Teatrando de Arequipa, escribió La cuidadora (2018), una obra de teatro de horror. Actualmente, la incansable Yasmine se encuentra en temporada con El Doctor Oinc, los fines de semana con el colectivo Palosanto en el CAFAE de San Isidro. “Cuando terminé Secundaria, mis padres no pudieron costearme mis estudios, así que trabajé y yo decidí qué es lo que debería hacer”, recuerda convencida. “La vida es una sola, a pesar de todas las adversidades, hay que tener agallas y no poner tantas excusas: cuando uno quiere hacer las cosas, se hacen”, concluye.

Sergio Velarde
27 de enero de 2019

1 comentario:

Jesabel dijo...

Feliz de tener una hermana muy talentosa y muchas Felicidades Yasmine que vas a lograr tu cometido. Besos y abrazos de tus sobrino, hermana y cuñado.