sábado, 28 de abril de 2018

Crítica: PINOCHO VAGAMUNDO

Una aventura más para el niño de madera

“Pinocho Vagamundo” es la nueva propuesta escénica presentada por el grupo teatral Palosanto, dirigida y adaptada por Ismael Contreras. El elenco está conformado por Yasmine Incháustegui, Jano Herrera, Juan De Los Santos, Francisco Duma y Luis Alzamora, quienes interpretan diversos personajes durante la función. Palosanto es una Asociación Cultural fundada en el 2008 y dedica su trabajo al público familiar e infantil, adaptando obras de clásicos universales (como en este caso) y de autores peruanos.

El Centro Cultural CAFAE abre sus puertas a las 5 pm y el público es numeroso, en su mayoría compuesto por familias completas de padres e hijos. CAFAE se caracteriza por la forma ordenada con la que organiza a los espectadores que acuden a su teatro los fines de semana. Al igual que en su anterior estreno de marzo, “La Zorra Vanidosa”, Ismael sale de entre el público y se dirige a los asistentes para hablarles sobre la importancia que tienen los padres en convertir a sus hijos en espectadores activos y que disfruten los espectáculos sin romper la concentración de los actores. Esta manera tan generosa de proceder habla muy bien del trabajo de la asociación Palosanto, pues demuestra su compromiso para la formación de público teatral responsable. Además, siempre se reserva las primeras filas del auditorio para los niños.

La escenografía y los elementos utilizados para la ambientación de las diferentes escenas representan sencillamente a la marca de las producciones de Palosanto, y en este caso, es perfecta para ambientar una historia como la de Pinocho: un ambiente bucólico con elementos de la naturaleza, pero sin llegar a la exageración de los mismos. Sin embargo, es importante mencionar que en la primera escena no queda del todo claro cómo los elementos de la escenografía corresponden a la historia de Pinocho, hasta que el mencionado niño hace su aparición junto con Gepetto y su consejero Pepe “El Grillo”. Las actuaciones son creíbles y emocionan al público infantil, que no para de reír y gritar en cada una de las escenas, pero que los actores llegan a resolverlas de manera fluida. Además, es interesante cómo Jasmine representa al protagonista, el niño de madera, y lo hace de manera transparente y real.

Los juegos de luces son precisos e iluminan lo justo para no opacar el maquillaje que utilizan los actores. Es interesante cómo el personaje de Pepe “El Grillo” no es humanizado como en otras puestas de la misma historia, sino que el actor imita los sonidos de un grillo verdadero, siendo Pinocho quien “interpreta” sus palabras. Además, este Pinocho versión Palosanto está sujeto a más situaciones dramáticas que cómicas, llegando a cautivar al público y empatizar especialmente, con los más pequeños.

“Pinocho Vagamundo” se encuentra en temporada hasta el 22 de julio, y se presenta en el auditorio del Centro Cultural Cafae, Av. Arequipa 2985, San Isidro. Las entradas pueden ser adquiridas en mismo día de la función, los días sábados y domingos a las 5 pm. Quisiera agradecer a la productora de la Asociación Cultural Palosanto, la señora Cecilia Zapata, quien siempre agradece mi asistencia como parte del equipo de Oficio Crítico.

Enrique Pacheco
28 de abril de 2018

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