viernes, 25 de enero de 2019

Crítica: NAVE


La nave de instalaciones escénicas

Función de estreno 24/1/19 de “Nave” de Moyra Silva

“En esta oportunidad quisimos hacer foco sobre la construcción artística más que en la argumentación, procurando contribuir con el desarrollo del teatro contemporáneo nacional y la generación de nuevas experiencias en sala para los distintos tipos de espectadores”. (José Avilés, jefe de Artes Escénicas del ICPNA)

“Nave” es una propuesta performática que pretende convertir al público en actores, en el desarrollo escénico de este espectáculo. Un público que está durante toda la “obra” en escena, tratando de construir dentro de su acostumbrada cotidianeidad en un espacio extracotidiano, apelando a su memoria emotiva que la directora quiere lograr para llegar a la emoción, pero no lo consigue, porque la reacción de los participantes inicialmente es de incomodidad y luego, son cautivados por las dinámicas y concursos de cultura general y emocional.

Son varios cuadros, en donde los ayudantes de escena son los encargados de guiar a los nuevos actores, es decir, al público, que es separado previamente en grupos por letras. Uno de estos cuadros consiste en que un grupo es sentado en una mesa y luego, sus ojos son vendados por otro, el cual les hace oler diversas frutas o verduras y el que desee, las ingiere. Ninguno de esos olores llega al público; lo que se percibe es la incomodidad de ser expuestos ante los demás. Además, el privarlos del sentido de la visión limita en muchos de ellos una reacción emocional, que es finalmente el objetivo y justamente, en esa escena, es la única donde una actriz está por breve tiempo guiando in situ a los nuevos actores a mover las manos, abrazarse y besarse con el que está a su lado. Después de acabado este cuadro, la actriz sale para no regresar. 

En otro cuadro, se invita a todos los asistentes a circular por espacios que están plagados de hermosas instalaciones cargadas de belleza, y en el que los nuevos actores vuelven a su condición de público y ellos, muy felices, pues transitan por estos espacios, en donde luz y sombra crean imágenes surrealistas, como diría Adolphe Appia: “…la luz habla…”.

La disposición del espacio es interesante e interactiva, se le saca provecho al espacio del ICPNA para crear buenas atmósferas visuales.

Las nuevas formas de hacer teatro están brindando la posibilidad de crear nuevos lenguajes escénicos, robándole a las artes visuales y escénicas, y aunados a la avasalladora tecnología, nos da infinidad de propuestas. Pero la dramaturgia, que es el eje conductor dramático, debe estar bien clara, para que el producto escénico sea comprendido, al margen del tipo de propuesta que se vea. Si ese aspecto no está claro, veremos chispazos de algo que se pueda decodificar y eso es lo que sucede con “Nave”: en los 45 minutos que dura el trabajo, teniendo como actores al público, carentes de vida sobre la ficción escénica, hacen de este una dinámica teatral psicológica, donde la emoción tornándose forzada no aflora catárticamente.

Consejo: Se debería crear un código actoral para los ayudantes, para que así guíen y protejan mejor al público, especialmente a los adultos mayores o a los que no desean participar. Recién uno se entera cuando lee en el programa de mano de Folk: “Trae ropa y zapatillas cómodas, porque te vas a desplazar” y si se acude en tacos o en bastón, la suerte está echada.

Dra. Fer Flores
25 de enero de 2019

No hay comentarios: