miércoles, 2 de enero de 2019

Colaboración regional: LA CAJA


Último montaje del grupo Darte

¿Hago teatro o hago danza? Una pregunta que no me planteo jamás. En todo caso la respuesta puede que esté en la definición de mi compañía: se denomina de teatro y danza. Las dos disciplinas van juntas. Yo lo que trato es de hablar de la vida, de las personas, de nosotros, de las cosas que se mueven... Pina Bausch

Sentado en el suelo sobre un cojín, mis ojos se van acostumbrando a la oscuridad, cuando de pronto una luz tenue alumbra dos cuerpos, dos columnas se delinean vértebra por vértebra, sin sexo, solo dos columnas, que comparten su peso, respiración y equilibrio, no importa más, como dos células bajo el microscopio se mueven y de pronto, la evolución ante los ojos, son protozoarios, peces,  aves, mamíferos y jodidamente humanos que entran en la caja.

Esta caja es un impulso del quehacer cotidiano cuando entre tablas y clavos, mientras arreglaban la antigua “Casa Darte” en enero del 2014, se dan cuenta que deben montar algo nuevo para poder mostrarlo en el “Ukukus”, un centro cultu-bar del centro del Cusco, el cual durante mucho tiempo brindó apoyo a los artistas locales, otorgándoles un espacio de presentación y pagando por ello. Como solo se improvisa dentro de lo conocido, cogieron lo que tenían a mano y armaron una caja como artesanos del oficio, clavaron, pulieron y le dieron forma a su “caja”.

El paseo por lo cotidiano desde cepillarse los dientes, vestirse, caminar, bailar, discutir, gritar, pelear, los revela cada vez más humano, donde lo más importante no viene a ser la danza o la precisión dogmática, sino cuál es el impulso detrás de esto, esas estructuras emocionales, que nos brindan el sentir y el sentido de cada acción bien lograda donde un beso también es danza.

“Y de LA CAJA de los “Dartes” redescubrimos la Caja de Herramientas, de donde salen artefactos, instrumentos de operar los modos de vida que inspiran maneras de pensar, y los modos de pensamiento que crean maneras de vivir. Las obras plasmadas tienen la misión de salir de los lugares comunes. ¡La violencia doméstica de la que somos cómplices, en la escena propuesta por los Darte, nos paraliza; sin embargo, no puede quedar banalizada! Los conflictos deben apuntar soluciones: ¡porque el Arte es el campo de las infinitas herramientas y creativas alternativas! La vida sigue en sus direcciones imprevistas, y aquí está el punto donde LA CAJA me deja un deseo: ver estos dos cuerpos confrontando los peligros, escapando de las grafías estudiadas,  oponiéndose a las formas exhaustivamente visitadas”, nos dice Simone Mello.

Siempre agradezco el sudor y la disciplina en el oficio y esta es palpable en este trabajo donde las líneas en el espacio se dibujan y crean un tejido vivo, existe una lucha constate entre la perfección del movimiento y el sentir, a veces una desdibuja a la otra, he tenido la suerte de ver algunas partes del proceso: desde que era una puesta de 15 minutos hasta el montaje de esta última temporada de casi una hora, y se da a notar una constante evolución desde los sentidos hasta la técnica. Y es bueno ver que no solo se detienen en la forma sino en el fondo, pues esta caja tiene algo que decir; por lo tanto, crea interrogantes sobre la violencia de los seres y la necesidad de volver a lo más esencial, a nuestro primitivo, a nuestro ser más puro, no pretende ser una caja de respuestas si no una de interrogantes.
Y así terminó la temporada 2018 de La Caja; Charlotte Guisti y Mauricio Rueda, directores del grupo Darte, quieren para este 2019 girar con este espectáculo, llevarlo a Lima, Arequipa, Puno, Tacna, Bolivia y Chile. Siendo este un espectáculo de calidad de Cusco, merece ser visto y compartido.

Miguel Gutti
Cusco, 2 de enero de 2018

1 comentario:

Unknown dijo...

una de la cosas de las que me arrepiento tremendamente el 2018, fue no haber asistido a la propuesta de estos maravillosos artistas.
que la caja siga resonando.