jueves, 13 de febrero de 2020

Entrevista: SERGIO ARMASGO


“Los niños y jóvenes que he hecho son hipérboles de momentos de mi vida”

Uno de los jóvenes actores con mayor actividad en nuestro medio teatral es, sin duda, Sergio Armasgo, ganador del premio del jurado de Oficio Crítico por su convincente actuación como “Pichulita” Cuéllar en Los cachorros (2019). “Mis padres han tenido un pasado artístico antes de dedicarse a lo que ahora hacen: mi papá ha tenido mucha cercanía con la música, con el jazz, con la música regional; y mi mamá, por el contrario, tuvo un acercamiento a la danza,” revela Sergio. “Pero después se dedicaron a trabajos no cercanos al arte y creo que desde que yo nací, siempre ha habido planes para querer potenciarme en las artes escénicas.” De presencia constante en las actuaciones de su colegio, a Sergio siempre le ha gustado la música, la danza y el ballet. “Desde niño siempre he tenido el terreno muy asegurado,” reflexiona. “Sería muy inseguro si me dedicara a hacer otra cosa, por ejemplo, un trabajo de oficina me parecería sumergirme en la rutina y eso me terminaría ahogando.”

El arte desde siempre

“No tuve profesores de teatro propiamente dicho en el colegio, pero sí de música y danza,” revela Sergio. “Pero nació en mí el querer meterme a las típicas actuaciones escolares, fue por un criterio personal.” Ni bien sale del colegio, a muy temprana edad (15 años) ingresa a la ENSAD y a dos talleres en el TUC. “Yo acabé mucho antes de los 20 y ya tenía título de bachiller y honestamente, siento que no aproveché mucho esa etapa.” Sergio tuvo como compañeros a estudiantes con mucha más experiencia de tablas y de vida, siendo el menor de esa promoción. “Me marcó Ernesto Ráez, una biblioteca andante, me enseñó todos los cursos de Historia del Arte y del Teatro; fue muy gratificante, lo contaba todo desde su punto de vista, como si él hubiera estado en todas (ríe) y sabía lo que quería enseñar.” Además, Sergio recuerda también a la Dra. Fer Flores. “Me enseñó mucho de estética, no solo estética visual, sino de contenido.” Otros profesores destacados para Sergio fueron los de expresión corporal, como Rocío Ántero y Juan Arcos, y es que siempre ha tenido un problema con el tema del físico. “Sobre todo en el colegio no me gustaba hacer Educación Física, porque eran los típicos deportes como fútbol, vóley, básquet y yo rechazaba eso, prefería natación, atletismo o danza.” Grande fue la sorpresa cuando se enteró que la carrera de actuación incluía cursos de Expresión corporal. “Pensé: ‘Esto es un karma que me va a seguir hasta el fin de mis días’ (risas), pero hasta el día de hoy me inclino mucho al teatro físico, me ha cambiado mucho la vida y ahora me sigo formando en Danza, en Teatro Físico y siento que ahora es mi fuerte, me encanta.”

Con respecto a los talleres en el TUC, Sergio tuvo como profesoras de actuación a Laura del Busto y Katiuska Valencia. “Me gustó de hecho, justo los llevé cuando estaba en la Pre de la ENSAD, así que podía reforzar mucho lo que aprendí en un lado y ponerlo en práctica en el otro; de hecho, me sirvió para la prueba de la ENSAD, ingresé de frente.” Como Sergio que estaba todavía muy joven al terminar la Escuela, decidió entrar a Aranwa Teatro, de los Chiarella. “Eso también fue todo una “reseteada de cassette”, porque aprendí muchas cosas que de repente no aproveché mucho cuando estaba en la época del ENSAD."

Posteriormente, Sergio continuaría con sus estudios de Danza en Colombia, en la Escuela de Cine en Cuba para seguir un curso de altos estudios de la técnica Meisner, entre otros. Es así, que el joven actor supo rescatar lo mejor de cada escuela y taller de formación actoral. “De la ENSAD rescató la cosmovisión de hacer del teatro un rito; de los talleres del TUC, el trabajo en equipo, demasiado trabajo en equipo; y de Aranwa, el trabajo de la palabra, para ellos la palabra es primordial."

Sergio tiene claras cuáles deben ser las características principales de un buen actor de teatro. “Debe tener escucha, definitivamente escuchar al otro; ser honesto con lo que está pasando, con lo que te está pasando por dentro; y tener conciencia del trabajo en conjunto, conciencia de tu herramienta, de tu cuerpo, de tu voz; un cuerpo bien entrenado lo escucha.” Con todos los años de estudio que tiene Sergio, aplica el ser honesto todo el tiempo con sus personajes. “Lo que pasa es que a veces, cuando queremos construir un personaje, nos olvidamos de todo lo que es tangible y nos quedamos en una burbuja, muy arriba, que ya es difícil aterrizar, tenemos que estar mucho más plantados.” Con respecto al buen director de teatro, afirma que “debe también tener escucha; una propuesta clara, adicional a las que le pueden sumar los demás actores; y conocimiento, no solo de lo que va a ser la obra, sino de toda la atmósfera que la rodea.”

Experiencias sobre las tablas

A pesar de su corta edad, Sergio ha participado en varios montajes de interés, como el proyecto de teatro testimonial Cuando seamos libres (2016) de Carolina Silva Santisteban y la pieza familiar Mariana y el señor Verde (2016) de Luis Eduardo Pérez-Albela, así como en las historias cruzadas de Años Luz (2018) de Federico Abrill, y en una aproximación a la vida del genial dramaturgo y poeta español en Lorca (2019) de Herberth Hurtado. “Todos los niños, adolescentes y jóvenes que he hecho son etapas que no las he gozado como actor, como Sergio, pero que son como hipérboles de momentos de mi vida, ya me gustaría hacer otro tipo de personajes.” Oficio Crítico lo nominó por primera vez por su intenso papel en Un chico de Bosnia (2017) de Ad de Bont. “Cuando construí el chico de Bosnia, me acordé de cuando salía a perderme en centros comerciales, en supermercados, con mis papás estando a dos metros y me buscaban; pero utilizaba mucha esa hipérbole, esa exageración de estar perdido mucho más tiempo.” Sergio afirma haber sido uno de sus trabajos más gratificantes. “Los compañeros me sumaron mucho, todo fue muy delicioso, estaba triste todo el tiempo, lloraba, muy catártico.”

La puesta en escena de Los cachorros fue particularmente difícil para Sergio, ya que tenía que integrarse a un montaje ya preestablecido por el director y adaptador Miguel Pastor desde hace años, en un papel que interpretara su hijo Juan Carlos. “Me decía todos los movimientos, cómo tenía que hacerlo, porque ya había hecho la obra con su hijo Juan Carlos,” comenta. “Y yo, que venía de la etapa de Meisner, de escuchar y aceptar lo que pueda surgir en el momento; sí tuve un choque, porque tenía que respetar una propuesta que ya había sido trabajada antes y al menos ahí, como actor, entré en conflicto, porque me decía en qué momento voy a empezar a trabajar yo; felizmente ya todo fue superado.” Sin embargo, fue acaso esta incomodidad que experimentaba Sergio la que ayudó a perfilar al protagonista de la notable novela corta de Vargas Llosa. “Hacer esa catarsis hizo que Miguel Pastor y yo podamos sentirnos a gusto con nuestro trabajo y poder cerrar ese proyecto itinerante con mucho cariño y respeto.”

Además de Los cachorros, Sergio integró otra “collera” de amigos, en Los inocentes (2019) de Oswaldo Reynoso, con la adaptación y dirección de Sammy Zamalloa. “Fueron procesos distintos, directores distintos y también distintos los lugares; Los cachorros está ubicado en el colegio Champagnat en otra generación y de otro poder adquisitivo que el que se muestra en Los inocentes, mucho más marginal.” Sergio además, tenía personalidades distintas en sus personajes: en Los inocentes era el “Cara de ángel”, que era “bulleado” por sus compañeros por su rostro muy femenino; y en Los cachorros, como Pichula Cuéllar, era el “bacancito” del grupo. “Logré hacer el nexo de cómo tener un grupo acá y otro grupo, por allá.”

Futuros proyectos

Esta semana, Sergio empieza el 2020 con un montaje que promete ser inolvidable: ¡Cállate, Copperfield!, una versión libre del original de Charles Dickens, con la adaptación de Federico Abrill y la dirección de David Carrillo, en el Teatro Británico. “Había terminado justo Los cachorros en octubre y de ahí, no tenía nada de teatro en noviembre y diciembre,” recuerda. “Así que tuve un bajón emocional, veía que todos mis amigos estaban trabajando y yo, no; me dedicaba a leer, a estar en mi casa, a descansar, a ver películas, pero cuando eso ya me genera ansiedad, me sentía muy triste.” Felizmente, recibe la llamada de Británico y le comunican que querían trabajar con él en una versión de David Copperfield. “Pensé que era un casting, les pedí que me manden el texto, pero me dijeron que no, que ya había sido elegido, y eso me cambió la vida.” La novela de Dickens se centra en el muchacho David, quien vive con su madre y su nana en un condado en Inglaterra en la época victoriana, y que luego, con la llegada de su padrastro, se desatará una pesadilla para el joven. Sergio compartirá escena con los destacados Claudio Calmet, Piera de Campo, Valeria Escandón y Renato Rueda. 

“Este es el personaje en el que tengo el menor rango de edad (7 años) y es un montaje muy bonito,” asegura Sergio. “David (Carrillo) es alucinante, primera vez que trabajó con él, había visto sus montajes cuando estaba en Plan 9 aliado con Giovanni (Ciccia); lleve el año pasado un gimnasio actoral con él, para también ir conociéndonos por ese lado.” La experiencia de conocer a Carrillo como profesor y como director fue enriquecedora para Sergio. “Como profesor está en constante actividad y puedo aplicar todo lo que había aprendido antes; tenerlo ahora, como director, es gratificante; además, el montaje tendrá cierta contemporaneidad, con estética pop art, con movimientos muy juveniles; será un mix de muchas visiones y nada, yo estoy feliz con eso.”

Poco a poco, la agenda teatral de Sergio se está llenando con diversos estrenos y reestrenos. “Estaré en Hasta que choque el hueso de Sebastian Eddowes y Mario Zanatta,” comenta sobre el espectáculo a estrenarse próximamente en El galpón.espacio. “Tengo que construir un personaje a partir de puro reggaetón, un old school reggaetón; eso me da otra vertiente, pues no suelo escuchar esa música; también vamos a regresar con Varieté Chopin (2019) y Los inocentes.” Sergio tiene más proyectos, pero prefiere no revelarlos hasta más adelante, cuando vayan cobrando cuerpo. “Poco a poco estoy llenando mi calendario,” concluye.

Sergio Velarde
12 de febrero de 2020

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