Oscilaciones entre memoria y arte
En el Centro Cultural de
la Pontificia Universidad Católica del Perú dio lugar a la temporada de Cisnes, propuesta de teatro danza
dirigida por Alberto Ísola. El elenco estuvo conformado
por Mirella Carbone y Raffaella Cuneo. Se trató de un montaje desarrollado desde la base de Savannah Bay de Margueritte Duras, Sonata de otoño de Ingmar Bergman y El lago de los cisnes de
Tchaikovsky; así como investigaciones sobre el Alzheimer. El texto final
estuvo a cargo de la dramaturga Claudia Sacha y de la misma Cuneo. A través de distintos recursos escénicos, se nos muestra la historia
de una bailarina adulta mayor con Alzheimer, quien va recorriendo sus memorias
a través de la danza.
La representación nos
muestra poco a poco a la protagonista (Carbone), una adulta mayor que oscila
entre sus recuerdos y la realidad: vivir en un centro de salud mental. Al mismo tiempo, Cuneo representa un disparador de recuerdos,
dejando entrever una conexión entre ambas. En el transcurso de la obra, se va entendiendo que Cuneo es todo lo que el
personaje de Carbone ha vivido: sus contradicciones, su amor por la danza, etc.
Es interesante cómo Carbone ha logrado una apropiación
del personaje, pues fue evidente que utilizó el movimiento para poder
interpretar. El resultado fue de una calidad impecable, por la maestría
demostrada en la danza y en la apropiación de los textos.
El trabajo de dirección de Ísola supo
ordenar el material artístico con el que contó. Esto se debe a que el montaje
supuso un tejido entre escenas de danza contemporánea precisamente ordenadas
dentro de la historia, además de escenas de transición de la bailarina en el
hospital, o en medio de sus recuerdos. Una decisión que potenció el montaje fue
el diseño de luces, pues se incluyó la construcción de un lago solamente con
ese recurso. Considero, en ese sentido, que la dirección y las decisiones
tomadas en el proceso creativo lograron un trabajo final impregnado de
investigación, conexión y estímulos sensoriales. El resultado fue una
invitación al espectador a recorrer la mente de aquella bailarina y sus
vivencias.
Considero impactante cómo
Carbone ha enfrentado el reto de hablar sobre el Alzheimer. Una de las escenas más importantes de esta historia es cuando la
música estimula el recuerdo de una coreografía específica que la bailarina
habría interpretado muchas veces. La contradicción entre la pérdida de
recuerdos y el usar la música para no olvidar fue uno de los regalos más especiales
de este montaje. He ahí donde la investigación que sostiene la obra se hizo
presente, pues ya es sabido empíricamente que hay muchos casos en los que
elementos musicales resultan ser disparadores de recuerdos en personas con
Alzheimer. Es así como Cisnes representa
una pieza artística que deja al público conmovido, impactado, y con
incertidumbre curiosa sobre los temas tratados en la historia.
Stefany Olivos
13 de enero de 2024
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