Canciones, ton y son
Las canciones suenan y los actores
aparecen, las voces retumban en el espacio. Todas tienen una base que es amena
a los oídos, podemos disfrutar de las melodías. Sin embargo, algunas letras no
se llegaban a entender y en otros casos, daba la sensación de querer subir un
poco el volumen.
La temática de la obra es distante al
momento de tratarla en escena, se aprecia el cambio de sexo de los personajes y
en algunos casos, el empoderamiento de otros; pero no cobra un papel relevante,
no termina en convertirse en una temática de reflexión y exposición.
La forma de interpretación de los roles que
se pretende reflexionar no toma seriedad, el espectador puede interpretar una
temática muy ajena a lo que se plantea; se debió pensar la metaforización de
esas relaciones espaciales corporales y la forma en que se trabaja el texto.
Las coreografías, que acompañaban a las
escenas y los cantos, le dan mucho equilibrio a lo que sucede, eran salpicones
de gracia en el espacio. Cada grupo tenía su peculiaridad, por ejemplo, el de los
actores matizaba la composición hacia la gracia, el espacio se prendía por
instantes. Los personajes principales ponían el drama y la pasión; las hadas,
la danza y el movimiento.
El elenco era grande y había compromiso en
las acciones de cada uno, se notaba un orden y un ensayo. Los grupos en escena
funcionaban coherentemente, salvo las limitaciones de dicción al momento de
cantar; sin embargo, las melodías eran atractivas.
Las bases pudieron tener más vida, pero
acompañaban las voces tiernamente; el interés se mantenía en el aire, los
cuerpos estaban bien parados, el ritmo de las respuestas era inmediato, las
construcciones de los personajes pudieron tener matices más profundos si lo que
se buscaba era problematizar con pensamientos específicos, como el
empoderamiento femenino y la inclusión de la comunidad LGTB+.
La adaptación es buena y divertida; Sueño de una noche de verano es contada
desde otra perspectiva, pero se podría ajustar elementos de concepto para
llegar a problematizar de mejor manera los temas.
La comedia y la música, desde su
planteamiento, son una forma eficaz para abordar problemas sociales; considero
además que es una forma de comunicación subjetiva, que no solo permite escuchar,
sino también sentir las emociones. Es por ello que la obra logra divertir al público,
los mantiene atentos a lo que puede suceder debido a la introducción de la
música como elemento de sensibilización del espectador.
Moisés
Aurazo
7 de octubre de 2023
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