¿Nada ni nadie es incorruptible?
Máximo exponente del Realismo norteamericano, el escritor y humorista Mark Twain no dejó de lado la crítica social en su valiosa producción literaria, caracterizada por su sencillez y sentido de comicidad. Y es que Twain logró plasmar con suma fidelidad la idiosincrasia y el estilo de vida de la Norteamérica de finales del siglo XIX. En El hombre que corrompió a Hadleyburg (1899), el autor urde una ingeniosa trama que gira alrededor de la mencionada urbe y que es autodefinida como "la ciudad más honrada y austera de toda la región". Fácil es adivinar que toda esta apariencia, surgida de la vanidad y la soberbia, se vendrá abajo por sus mismos habitantes, con la “ayuda” del personaje del título. Adaptada y dirigida por Mateo Chiarella Viale, la versión teatral titulada El hombre que corrompió a una ciudad se convierte en un imperdible espectáculo lleno de virtudes, que nos hace ver que el monstruo de la corrupción se hace realmente muy difícil de detener.
La historia relata la manera en la que un misterioso forastero decide tomar venganza en contra de los habitantes de la ciudad más honrada de todo el país, demostrando así que no existe, literalmente, nada ni nadie incorruptible. Con la producción general de la Pontificia Universidad Católica del Perú, la puesta en escena de Chiarella Viale, con la dirección adjunta de Lucho Tuesta, brilla en el apartado estético, con una magnífica propuesta de escenografía (que juega con dos niveles) y de vestuario, así como un inspirado trabajo interpretativo, con voz y música en vivo. La labor de adaptación del cuento a los escenarios también es muy loable, con las acciones y diálogos muy bien aprovechados por todo el elenco, en el que se debe destacar el trabajo de dos inmensos actores, como lo son Alfonso Santistevan y Haydeé Cáceres en los roles principales, como dos ancianos dispuestos a todo con tal de no perder su honorabilidad.
A pesar de tratarse de una obra con una nutrida cantidad de personajes, estos se encuentran muy bien delineados, además de ser interpretados por figuras de peso de nuestro medio: allí están Alberto Isola, Luis Peirano, Víctor Prada, Celeste Viale, Milena Alva, Ricardo Velásquez, Grapa Paola y Augusto Mazzarelli, por ejemplo. A destacar también el trabajo de Roberto Ruiz en el papel del forastero y especialmente, el de Luigi Valdizán, como el carismático narrador de la historia. El hombre que corrompió a una ciudad, notable comedia de gran formato, actualmente en temporada en el Teatro Nos PUCP, no solo nos permite acercarnos al maravilloso universo literario de Mark Twain, sino que consigue una sólida llamada de atención acerca de las culpas y las paranoias de personas comunes y corrientes, que deciden vivir del qué dirán, y tentadas siempre por los largos e incansables tentáculos de la corrupción.
Sergio Velarde
25 de octubre de 2023
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