lunes, 27 de febrero de 2023

Crítica: SIN MOTOR NI MOTIVO, TONERAS CALIENTES 2023


Una excusa para sonreír

Hace unas semanas, un grupo teatral me mandó un mensaje de agradecimiento diciéndome que lo más importante en este oficio es la honestidad en las expresiones. Definitivamente es imposible no estar de acuerdo con esta sentencia. En esta oportunidad, el colectivo La Maldita Compañía nos presentó una pieza de teatro musical, con énfasis en el género cumbia y un humor inteligente. 

En primer lugar, me sorprendió gratamente el giro total que ha dado el Nuevo Teatro Julieta, pues desde ahora se puede ingresar con bebidas y comidas; en la entrada se tiene un minibar con una serie de productos. Si uno se pone ortodoxo con muchas convenciones teatrales, se podría estar en desacuerdo; pero creo que este espacio se está convirtiendo en un lugar de entretenimiento sano y familiar. Personalmente, creo que es necesario repensar ciertos formalismos en estos tiempos y al final de este texto presentaré algunas reflexiones.

El montaje, en general, consistió en una serie de pequeñas historias muy cómicas en donde se ridiculizaban escenas diarias de amor, amistad, vida urbana y coyuntura de crisis. Si bien estas no tenían relación una con otra y sucedían demasiado rápido, debo indicar que el equipo lograba arrancar grandes carcajadas del público. Adicionalmente, la presentación del grupo El Maldito Trío de la Cumbia Sabrosa fue sencillamente espectacular y original. Sus integrantes, Andrea Brissolese, Sebastián Ramos y Brayan Pinto cantaban letras muy histriónicas y disfrutables; además, sus vestuarios eran muy coloridos. No estoy seguro si era una parodia o de verdad era una banda con búsqueda a popularizarse en conciertos, pero en cualquier caso, fue lo mejor de la noche.

El mejor actor de la presentación fue de lejos y con mucha justicia Pinto (mejor actor de comedia 2022 por Oficio Crítico), ya que la claridad y organicidad de sus acciones fueron únicas y enérgicas. Por otro lado, Ramos no se quedó atrás y me gustó que siempre complementara los diálogos con un toque de humor; él tiene mucho talento en la gesticulación y personalmente creo que le iría muy bien en el arte del mimo. Brissolese desmostró ampliamente su talento para el canto; es más que evidente el cuidado que tiene con la voz. Las demás actuaciones fueron igualmente buenas; muy acertado el detalle de ser los mismos actores quienes cambiaran la utilería y mobiliario. 

A veces es necesario que el teatro también sea un espacio donde se acepten concesiones con el fin de entretener. Durante toda la función nos recalcaban el terrible panorama de la realidad nacional y buscaban arrancarle una sonrisa al público de una manera generosa, amable y sincera. Estoy convencido que los peruanos merecemos una sonrisa, al menos durante unos minutos y en estos tiempos, es una casi necesidad por temas de salud mental. Finalmente, opino que la honestidad es la base de todo: un teatro en donde el ser humano muestre su naturaleza frágil y que el mensaje sea claro desde un inicio es lo mejor. Además, creo que los montajes sin motor ni motivo ayudan mucho en estos tiempos de tensión, insomnio, incertidumbre y un largo etcétera de problemas psicológicos.

Muchas gracias a La Maldita Compañía por Sin motor ni motivo, toneras calientes 2023, escrita por Augusto Gutierrez S., codirigida por Vanessa Zeuner y Micaela Valdés, con la producción ejecutiva de Claudia Castro Pedro y Daniela Palma, por contribuir con la salud mental y entretener de una manera original, concreta y amable. Creo que por varios años y frente a la coyuntura tan compleja que tenemos en el país es mejor montajes como estos y aspirar a buscar una excusa para entretenerse.

Enrique Pacheco

27 de febrero de 2023 

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