lunes, 11 de octubre de 2021

Crítica: ÚLTIMO ACTO


El ocaso de un sueño

El grupo de teatro Llaqta presentó por una breve temporada el espectáculo virtual Último Acto, escrito y dirigido por  Noraya Ccoyure, el cual nos presenta a Tadeuz de la Vega y Martín Poma, dos mendigos que recuerdan sus mejores años como actores, viviendo en las afueras de un viejo teatro abandonado. Sin embargo, ante el inminente desalojo por parte de la autoridad representada por un policía, ellos se las ingenian para montar una performance teatral, con el fin de evitar ser despojados del lugar que consideran su hogar.

Bajo un acertado formato repartido en escenas, que se intercalaban con imágenes y un fondo de color neutro, se desarrollaron los diálogos entre los personajes: un actor que ha empezado a perder la memoria, quien golpeado por su condición se aferra a la realidad que le toca vivir; y el otro, un actor presa de la adicción al alcohol, quien lleva la batuta de los recuerdos acerca de los buenos tiempos, evocando a Grotowski y Brecht como introducción a la fantasía de volver a actuar. Las actuaciones de Fernando Jhoel Lopez, Luis Palma Ustrilla y Joseph Mendoza Andía, fueron correctas y detalladas, permitiendo al espectador entender e identificarse con el universo de cada uno.  

Último Acto fue un entretenido show de teatro virtual, el cual nos invita a la reflexión acerca del artista peruano y del futuro muchas veces ingrato que le espera, lo cual no hace que deje de soñar y ser incansable fuente de creación, gracias a su amor por el arte que no se agota por la opresión ni por la incomprensión de la sociedad.

Maria Cristina Mory Cárdenas

11 de octubre de 2021

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