Egos y abusos
Los espacios teatrales deben ser seguros para todos los participantes
involucrados. No pueden existir justificaciones de ningún tipo y es necesario aplicar
tolerancia cero hacia los maltratadores. Durante los últimos años hemos sido testigos
de muchos casos de abusos y excesos; pero acaso lo más grave es descubrir que
estas malas prácticas venían sucediendo desde hace mucho tiempo atrás, amparadas
por tramposas coartadas relacionadas a los estilos de enseñanza disciplinada y
radical. Felizmente, las nuevas generaciones vienen aprendiendo que no vale
callar estos hechos y que no pueden mantenerse, de ninguna manera, en la
impunidad. Faltan ajustes en los mecanismos de control, cierto; pero ya el
tocar estos temas es un logro, especialmente cuando los vemos retratados en las
ficciones escénicas. Ese es el caso de Fuertes
intenciones de una profanación del joven dramaturgo Jorge Bazalar.
Estrenada en 2019, la pieza de Bazalar es correctamente adaptada
a los tiempos pandémicos, en versión virtual, por la novel directora Claudia
Castro Pedro. La historia se mantiene: tres actrices esperan en sala virtual la
llegada del director que las ha convocado; sin embargo, un detalle altera los
ánimos de las mujeres, y es que solo quedarán seleccionadas dos de ellas. La dramaturgia
precisa rápidamente los bandos que se forman en esta suerte de “guerra fría”,
pues el ego desmedido de las intérpretes de experiencia choca con la sencillez
de la novata en el medio teatral. Bien manejados los diálogos por el elenco en
esta primera parte del espectáculo, unos que señalan aquellos excesos que se
cometen entre los mismos compañeros artistas por obtener un papel. No obstante,
durante la tensa conversación salen a relucir algunas sospechosas “actitudes” y
“requerimientos” del director hacia la novata, lo que dispara la segunda cadena
de abusos.
Bazalar y Castro crean con acierto la atmósfera de violencia
soterrada durante todo el montaje, incluso durante la insólita actitud del par
de actrices frente a los abusos hacia la más inexperta. Los excesos y maltratos
vienen de todos lados. En ese sentido, Maria Fernanda Ortiz, Valeria López
Quintanilla y Cinthia Quiroz cumplen con encarnar con convicción a sus personajes.
El reestreno de Fuertes intenciones de una
profanación, presentado por CMVC Producciones, resulta acertado y
pertinente, pues revela hechos reales factibles de suceder en cualquier ámbito
profesional y además, los peligros a los que se enfrentan muchas mujeres en su
vida personal y laboral. Este tipo de historias contribuye a prevenir este despreciable
tipo de actos y por supuesto, a impedir que el espacio teatral deje ser un
lugar seguro para todos.
Sergio Velarde
1º de octubre de 2021
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