viernes, 1 de octubre de 2021

Crítica: FUERTES INTENCIONES DE UNA PROFANACIÓN


Egos y abusos

Los espacios teatrales deben ser seguros para todos los participantes involucrados. No pueden existir justificaciones de ningún tipo y es necesario aplicar tolerancia cero hacia los maltratadores. Durante los últimos años hemos sido testigos de muchos casos de abusos y excesos; pero acaso lo más grave es descubrir que estas malas prácticas venían sucediendo desde hace mucho tiempo atrás, amparadas por tramposas coartadas relacionadas a los estilos de enseñanza disciplinada y radical. Felizmente, las nuevas generaciones vienen aprendiendo que no vale callar estos hechos y que no pueden mantenerse, de ninguna manera, en la impunidad. Faltan ajustes en los mecanismos de control, cierto; pero ya el tocar estos temas es un logro, especialmente cuando los vemos retratados en las ficciones escénicas. Ese es el caso de Fuertes intenciones de una profanación del joven dramaturgo Jorge Bazalar.

Estrenada en 2019, la pieza de Bazalar es correctamente adaptada a los tiempos pandémicos, en versión virtual, por la novel directora Claudia Castro Pedro. La historia se mantiene: tres actrices esperan en sala virtual la llegada del director que las ha convocado; sin embargo, un detalle altera los ánimos de las mujeres, y es que solo quedarán seleccionadas dos de ellas. La dramaturgia precisa rápidamente los bandos que se forman en esta suerte de “guerra fría”, pues el ego desmedido de las intérpretes de experiencia choca con la sencillez de la novata en el medio teatral. Bien manejados los diálogos por el elenco en esta primera parte del espectáculo, unos que señalan aquellos excesos que se cometen entre los mismos compañeros artistas por obtener un papel. No obstante, durante la tensa conversación salen a relucir algunas sospechosas “actitudes” y “requerimientos” del director hacia la novata, lo que dispara la segunda cadena de abusos.

Bazalar y Castro crean con acierto la atmósfera de violencia soterrada durante todo el montaje, incluso durante la insólita actitud del par de actrices frente a los abusos hacia la más inexperta. Los excesos y maltratos vienen de todos lados. En ese sentido, Maria Fernanda Ortiz, Valeria López Quintanilla y Cinthia Quiroz cumplen con encarnar con convicción a sus personajes. El reestreno de Fuertes intenciones de una profanación, presentado por CMVC Producciones, resulta acertado y pertinente, pues revela hechos reales factibles de suceder en cualquier ámbito profesional y además, los peligros a los que se enfrentan muchas mujeres en su vida personal y laboral. Este tipo de historias contribuye a prevenir este despreciable tipo de actos y por supuesto, a impedir que el espacio teatral deje ser un lugar seguro para todos.

Sergio Velarde

1º de octubre de 2021

No hay comentarios: