Nominada en varias oportunidades por Oficio Crítico, la
actriz Masha Chávarri consiguió el premio del público por su divertida
actuación en la comedia Tramposo de alto vuelo (2020), con la dirección de
Jonathan Oliveros. “Es muy agradable que a uno se le reconozca y sobre todo, en
estas épocas tan complicadas,” comenta Masha, quien participó además en
interesantes montajes reconocidos por el público y la crítica, como Tu madre,
la Concho (2017), Carne de mujeres (2015), Eclipsadas (2014) o la insuperable
Demasiado poco tiempo (2011). “No tengo familiares artistas, ni nadie vinculado
al mundo teatral, pero en el colegio me encargaba de las actuaciones, de crearlas,
de dirigirlas; participaba en todo lo que podía, como en los bailes, pero no tenía
idea que terminaría siendo actriz, nunca tuve claro que quería ser.”
Artista desde el colegio
Masha no tuvo la suerte de tener un profesor específico de
teatro, pero eso no la detuvo para participar en todas las actuaciones en su
centro educativo. “Estudié con Alana la Madrid (actriz) y era un vacilón, fue
divertidísimo, no sabíamos actuar, no teníamos noción de lo que era una obra;
hacíamos imitación de musicales, por ejemplo, una vez Alana fue Juan Luis
Guerra y las demás, el coro.” Masha está convencida de la importancia de la educación artística en los
colegios. “El arte, como parte de la educación, es muy importante; tanto como las
matemáticas y la literatura.” Agrega
además que de tener un hijo, jamás lo haría ingresar a un colegio que no tenga
el curso de arte. “Le da una formación integral a los niños; un colegio que
suprime el arte no es un buen colegio.”
Actualmente, Masha se dedica al coaching a través de las
dinámicas teatrales y puede observar sus beneficios en sus alumnos. “Me
especialicé en eso, trabajo con niños, adolescentes y adultos a través del
teatro, en el desarrollo de sus habilidades blandas a través del trabajo
emocional.” El teatro permite desarrollar la personalidad, la seguridad, la comunicación,
el autoestima. “Yo creo que el Arte es un camino importantísimo para
desarrollar a los niños; es más, a cada persona que me dice: ‘Mi hijo está con
ansiedad por estar en cuarentena’ le digo que lo inscriba en un taller de
teatro para que canalice sus emociones, yo creo que el trabajo de las emociones para
el desarrollo es vital.”
Maestros y enseñanzas
“Ingreso a la Católica, a Comunicaciones, pero no estaba segura en realidad,” comenta Masha, quien optó por esa universidad, en parte, porque todas sus primas estudiaban en esta casa educativa. “Un día caminando en el campus me encuentro con Alana, y me cuenta sobre el TUC.” Si bien Masha ya había escuchado del TUC, es entonces que se entera que sí había una carrera que podía satisfacer sus necesidades artísticas y, con el consejo y ánimo de La Madrid, decide formarse como actriz profesional. “Fue justo cuando mi mamá no pudo seguir pagando la universidad, yo estaba en letras y tuve que dejarla; regresé el siguiente año, trabajé, me preparé para el examen e ingresé al TUC; a partir de ahí empezó todo.”
Dentro de sus estudios universitarios, Masha tuvo la suerte de contar como maestro, durante cuatro ciclos, a Alberto Isola. "Él es mi papá del teatro,” comenta Masha. “Es un profesional que yo admiro muchísimo, un hombre brillante que tiene un background impresionante para cualquier formación.” Lamentablemente para Masha, hasta ahora no ha podido concretar una colaboración directa con Isola en el escenario. “El año pasado estuvimos por estrenar El jardín de los cerezos, en donde Alberto y yo íbamos a ser compañeros de escena, pero mi corazón se rompió cuando se canceló todo por la pandemia.” Las continuas disposiciones decretadas por el gobierno terminaron por postergar indefinidamente tan ansiado proyecto.
“Son tantos los consejos de Alberto (Isola),” menciona
Masha. “Pero creo que el que más me tocó fue cuando dijo que esta carrera es
sumamente complicada, que va a ser muy difícil, que va a costar demasiado, y quizá
se desanimen en el camino.” Esta afirmación de Isola causó impresión en Masha y
siempre la recuerda. “Porque yo me dije: yo lo voy a lograr. Yo soy una persona terca; de repente otra persona
que no tenga mi terquedad, mi persistencia, no lo hubiese logrado o quizá
buscaría una carrera más rentable.” Masha demostró entonces que sí es posible
mantenerse activo en la carrera con mucho sacrificio. “Alberto nos decía que aquí
estamos para ser profesionales, que con este oficio vamos a sufrir y eso me
marcó mucho, pero yo me dije: ‘Yo si voy a llegar a la edad de Alberto y
seguiré actuando.”
El tiempo en Plan 9
Acaso una de las mejores puestas en escena de la productora
Plan 9 (dirigida por Giovanni Ciccia y David Carrillo) haya sido Demasiado poco
tiempo, un espectáculo compuesto de ocho ingeniosas piezas breves del
dramaturgo norteamericano David Ives, con la dirección de Carrillo. “Después de
Alberto, David Carrillo es mi segunda persona favorita en el teatro,” confiesa
Masha. “Es mi formador en comedias; Alberto me formó en la técnica, pero David me
ayuda a formarme bien en comedia y en las tablas mismas, porque trabajé
bastante con ellos, haciendo varias cosas.” Masha recuerda cuando vio El
misterio de Irma Vap (2009) en el Teatro Mario Vargas Llosa y se dijo a sí
misma que ella debía estar ahí, en ese escenario.
“En un inicio yo no pensaba que David me podía llamar,”
confiesa Masha. “Es tan relativo que nos llamen, yo nunca he sido de estar con
gente para que me den trabajo; yo soy una persona muy auténtica, pero tuve la
buena suerte que la oportunidad me llegó por reemplazos.” En aquel entonces, se
presentaba en el Teatro Mario Vargas Llosa el espectáculo familiar La pera de
oro (2010) y Masha entra a reemplazar a una de las actrices; es entonces que
Carrillo la ve en uno de los ensayos. “Y me invita a ser parte de esta obra, Demasiado
poco tiempo, con un elenco de actores rankeados; estaba todo bien, hicimos la
primera lectura y a la semana, nos dice David que ya no teníamos teatro en el
cuál presentar.” Los problemas administrativos y las exigencias motivaron la
postergación del estreno; sin embargo, el elenco se mantuvo unido para la
búsqueda de un nuevo espacio.
La odisea del elenco de Demasiado poco tiempo terminó en el teatro Larco, en ese entonces, solo destinado para obras infantiles y no en buenas condiciones para un espectáculo de la envergadura del colectivo Plan 9. “Se logró conseguir auspicio para arreglarlo, pusieron las nuevas butacas y así fue que con miedo de fracasar en taquilla, estrenamos, porque era un teatro frío.” No obstante, la calidad indiscutible de la obra generó una gran afluencia de público. “Logramos llenar la sala, y llenamos y llenamos y llenamos, fue la obra con la que más plata he ganado,” recuerda Masha emocionada. “Me encontraba con gente que me reconocía por la obra, me recordaban después de tanto tiempo.” Por desgracia, tiempo después el teatro Larco se perdió por la situación insostenible que generaba el dueño. “Me dio mucha pena, porque David y Giovanni siguen siendo grandes referentes para mí.”
“David, como todo buen actor, director, productor es
obsesivo,” explica Masha. “En el sentido en que busca que los actores entiendan
lo que él quiere lograr como director y sabe llegar; es un director empático.”
Asegura además que tiene muy buen al olfato para ver qué talento tiene cada
actor con el cuenta para sus montajes. “Yo sentí eso, porque yo como actriz me
considero muy versátil, yo creo que él y él en mí, me dio toda esa cantidad
personajes; me podía dar un gorila y yo lo iba a hacer.” Masha añade que
Carrillo sabe lo que quiere lograr como director. “Aparte que es divertido y
relajado, es una persona con la cual se puede chambear súper bien, sin presión y
sin estrés.”
Las artes escénicas y la virtualidad
¿Cuáles son las cualidades básicas que debe tener una buena actriz
de teatro? “Humildad,” responde Masha. “Para mí, los actores y actrices más
interesantes que conozco tienen calidad humana, son buenas personas; parece una
tontería, porque primero debería ser la técnica, evidentemente, pero para mí,
la primera es tener humildad para hacer las cosas.” Para Masha, de nada sirve
que un actor o actriz tenga la mejor técnica del mundo, si los directores no van
a soportar trabajar con ellos. “Para mí es eso: ser una persona sensible,
empática, divertida, humilde; la segunda característica sería tener una buena técnica teatral, porque si no tienes
desarrollo vocal, proyección, entrenamiento físico, pues vas a ser un actor cumplidor,
promedio.” En tercer lugar, Masha menciona la inteligencia que debe tener un
intérprete. “Creo que los mejores actores, aparte de ser chéveres, en el
sentido de ser humildes, sencillos y buena gente, tienen que ser inteligentes, desarrollados
y cultos, que vean mucho cine o series, que lean muchísimo, que se desarrollen
no solamente en la actuación, sino que conozcan de muchos temas, como de
política, música, etcétera.”
Por otro lado, para Masha, un buen director de teatro, así como Carrillo, debe tener olfato para saber hacer un buen casting. “Puede ser un director que tenga todo pensado técnicamente en el espacio, la utilería, el fondo; pero si elige mal al elenco, todo en esa obra puede fracasar.” También añade los muchos años de preparación que debe contar un director para lanzarse a dirigir una obra. “Creo que cualquiera puede dirigir; yo, por ejemplo, estoy dirigiendo pero de manera educativa, pero otra cosa es mandarme a dirigir algo en el Centro Cultural, por ejemplo..” Tanto directores como actores deben tener una formación complementaria y mucho desarrollo profesional. “Los mejores directores que he conocido han viajado por el mundo, deben tener mucha vida, haber diversificado sus estudios, como fotografía, por ejemplo.”
La virtualidad es una herramienta que muchos artistas están
utilizando para continuar con su labor artística; sin embargo, Masha no estuvo
del todo convencida al principio. “Nos hemos dado cuenta que es muy difícil
hacerlo en vivo, se cae la red, así tengas
una buena computadora con una buena cámara, audio o fibra óptica, he visto obras a las que se les ha caído la
red intempestivamente, en ese momento pierdes la conexión con el público, es
sumamente incómodo, no solamente para los actores, sino para el espectador.” Es
por ello que Tramposo de alto vuelo fue un espectáculo pregrabado, de menor
duración que el original Un perfecto mentiroso (2018), siempre con la dirección
de Jonathan Oliveros. “El proceso fue lindo, porque es un elenco que ya conocía,
nos llevamos súper bien, nos divertimos, y Jonathan es muy divertido dirigiendo,
necesitas ese sentido del humor para hacer una obra ligera como esta; no fue
tan difícil, lo difícil fue el temor de
que nadie nos compre las entradas.” Y es que la competencia, por ejemplo de
Netflix, puede disuadir a las personas a comprar una entrada para ver una obra
de teatro en la pantalla. “Tratamos de hacer teatro, pero no es teatro
realmente, desde que estamos en una pantalla; felizmente hubo acogida en las
tres funciones, tuvimos muchas personas conectados, generamos ingresos; fue un proceso muy simpático.”
En el 2021, Masha estará actuando a las órdenes de Manuel
Trujillo, junto a la actriz Rafaella Anselmi. “Es una adaptación de la obra Monogamia,
la estamos adaptando a la versión femenina, porque resulta común hablar en
estos días sobre los hombres y la infidelidad. ¿Cómo ha cambiado el mundo
ahora? Las mujeres podemos hoy en día hablar de temas que antes solo estaban en
la conversación masculina, como el poder
hablar libremente sobre el sexo.” Esta nueva versión tendrá además, la
producción audiovisual de Morris Zubiate, pues se busca presentar un proyecto
de calidad. “Andamos trabajando la parte visual, para así presentar un proyecto
de calidad,” finaliza.
Sergio Velarde
17 de febrero de 2021
No hay comentarios:
Publicar un comentario