“El teatro es un trabajo vivo que siempre evoluciona.”
“Yo me enteré que tenía familiares relacionados con el arte y
con el teatro ya habiendo entrado en facultad,” menciona Wenddy Nishimazuruga,
ganadora del premio del público en el evento de Oficio Crítico 2020 por su
actuación en El proceso. “Por alguna extraña razón, siempre me ha gustado hacer
reír a mi familia, antes de saber qué era un personaje, un sketch, una escena,
siempre quería hacerles algo desde muy chiquitita.” Ya cursando Primaria,
Wenddy entró en todos los cursos extracurriculares de su colegio, pero no se
hallaba en ninguno. “Hasta que entré a Teatro y me dije ¡wow!, ¿qué es esto?, ¿por
qué no entré antes?” Eventualmente comenzó a actuar en obras grandes, con venta
de entradas al público de fuera, para así recaudar fondos para la obra del año
siguiente. “Teníamos actores invitados (mi colegio era solo de mujeres) y cada vez
me tocaba un personaje más protagónico y me dije que iba a estudiarlo afuera.”
La importancia del Teatro a temprana edad
Wenddy recuerda con mucho cariño una de las obras que hizo
en el colegio: fue la princesa Jazmín en Aladino. “Fue bravazo,” comenta. “Tenía
un profesor de teatro, Giovanni Sanoni, él se preocupaba por todo, adaptaba textos
de películas o de obras de teatro que había, se metía en toda la producción y trataba
de hablar con la APAFA para convencerlos de por qué es importante un elemento
en el escenario y no quitarlo del presupuesto.” Wenddy aprendió no solo
actuación, sino de todo el montaje detrás. “Creo que recién se está entendiendo
la importancia de las artes en el desarrollo de una persona, así como hay
diferentes inteligencias, hay diferentes habilidades que uno necesita para la
vida,” asegura. “Yo encontré en el teatro que para mí era válido ser diferente,
no ser del montón, ser tímido; uno puede ser tímido, pero lo importante es que
se haga las propuestas, que hagan tanto en escena como en la vida, con
seguridad, con la convicción de que está bien probar, de lanzarte a decir algo
nuevo, de pensar algo nuevo y eso me ha dado el teatro.” Para Wenddy, las
personas deberían valorar más las Artes Escénicas, porque actualmente nos falta
mucho la parte humana para de ahí aportar a la sociedad. “El Teatro te ayuda a
trabajar en comunidad, a escuchar, no solo de manera auditiva, sino la atención
en general de todo lo que está sucediendo a tu alrededor, tu mirada en 360° y
eso lo utilizas en la vida; ¡todos los colegios deberían llevar Teatro!”
En esa época, Wenddy pensaba postular a otra carrera, la de Ingeniería; sin embargo, la oportunidad de participar en la grabación de telenovelas para Astral Televisión no le fue indiferente. “Había un casting, entonces fui y me llamaron; los jefes de casting me preguntaron si no pensaba tomar en serio la carrera de actriz y me recomendaron Artes Escénicas en la Católica.” Wenddy tuvo muchísima suerte al tener un más que competente grupo de profesores a lo largo de sus estudios universitarios. “Me tocó una promoción en la que cada maestro era más genio que el anterior, como Teresa Ralli (a quien amo con todo mi ser), Alberto Isola, Luis Peirano (mi primer profesor de actuación), Alejandra Guerra, Coco Guerra, Alfonso Santistevan, Alonso Alegría y Carlos Mesta; si me preguntan con cuál me quedo, pues con todos en general.” Hasta el día de hoy, Wenddy refiere seguir haciendo mucho trabajo físico, el que le enseñó Ralli. “También sigo haciendo cosas que me enseñó Alberto en Actuación 4, aparte que llevé todas las Historias del Teatro con él ¡imagínate!, eso se te queda grabado en el cerebro.”
Primeras experiencias profesionales en escena
La primera obra profesional en la que Wenddy participó fue
La vida es sueño (2007) dirigida por Peirano, el espectacular auto sacramental
estrenado en la Catedral de Lima, con un numeroso elenco. “Se me había pasado
la fecha para postular para el montaje,” recuerda Wenddy. “Le dije a Lucho: ¡Dame
el trabajo que quieras, barro el piso, pero, por favor, déjame entrar! Y entré
primero como tramoya (que se le conocía como curoco) y poco a poco, comencé a
apoyar más en el equipo de dirección.” Finalmente, ante la lesión de una de las
actrices del grupo que lideraba Ralli, Wenddy cumplió su meta de actuar en el
espectáculo, reemplazándola en escena. “Me metieron de frente a escena, fue mi
primera experiencia y fue enorme.”
Para Wenddy, una buena actriz de teatro tiene que estar
dispuesta el juego, siempre proponer cosas nuevas y ser muy creativa. “Aceptar
las propuestas, porque estamos en vivo; escuchar la propuesta del equipo y si
la mía no funcionó, pues escucho al otro y continúo el juego.” Resulta
indispensable el mantener viva la escucha en escena. Por otro lado, Wenddy
asegura que un buen director de teatro debe escuchar a su equipo en general, no
solo a sus actores, sino las propuestas de todas las áreas, del diseño de
iluminación, de producción, de vestuario, etc. “También tiene que ser curioso
para el juego y probar cosas nuevas; por ejemplo, a mí no me molesta cuando
cambian las cosas a mitad de temporada, porque creo que todo trabajo vivo muta,
siempre evoluciona.” Agrega que todo buen director tiene que ver todo lo que
hay en el mercado local y también, saber de hechos históricos y conocer el
mercado internacional. “Hay que mirar lo que está sucediendo; hay gente que dice:
¡Yo soy un gran director!, ¿y cuáles son las últimas obras que has visto?,
bueno… ninguna, ¡¿entonces?!”
La producción en televisión
“Cuando comencé a trabajar en teatro profesional, estuve largo tiempo en Raquel en llamas, la compañía de teatro de Rocío Tovar, mi maestra, mi hermana, mi compañera, mi todo,” confiesa Wenddy. “De hecho ella me enseñó un montón y ahí conocí a Ricardo Morán, lo asistí en tres obras de teatro, entre ellas, Casi normal (2011), que fue el primer musical que hacíamos en Lima con banda en vivo.” Después de la temporada teatral, Morán le comenta que estaba por aceptar un proyecto en la televisión, pero delante de cámaras y le asignaba a Wenddy un primer trabajo dentro de la producción. Ese fue el primer Yo soy, el conocido programa de imitación. “Dirigí la parte de la puesta en escena, el trabajo de interpretación, durante 25 temporadas en casi 8 años.”
Wenddy trabajaría después en otros programas, como seis
temporadas de La Voz Perú (para niños y adultos), Fama Contrafama, Los Reyes
del Playback y Los cuatro finalistas. “Hicimos un montón de programas en los
que yo enseñaba interpretación y luego me encargaba de todo lo que era la
dirección y la puesta en escena puesta en escena,” refiere. “Es como dirigir
teatro, pero en tres minutos y desde las bases del teatro, les decía a todos
los cantantes, los originales y los imitadores a quienes llamaba cantantes
actores, desde la base del análisis del texto, qué dice la canción, cuál es tu
acción, tu objetivo, tu obstáculo.” Wenddy siempre introducía elementos de
teatro en su trabajo de dirección. “Le metía un poquito de teatro en la vida de
cada uno y desde ahí agarramos todos los personajes, ha sido muy bacán, muy
divertido y he aprendido un montón, he conocido a gente con la que no esperaba
trabajar, fue súper bacán.” En ese sentido, Wenddy recibió el llamado de la
gran cantante Eva Ayllón, para hacerse cargo de la dirección artística del
concierto de lanzamiento de su disco Un bolero y un vals 2 (2018) “Dirigir a
una artista tan consagrada como ella, incluso a nivel internacional, fue una de
mis mayores metas alcanzadas, estoy muy orgullosa.”
Acerca del talento, Wenddy cree que se puede nacer con él, pero también se puede cultivar en el camino. “He trabajado varios años y he visto gente súper talentosa en los programas que yo trabajaba y también veía gente con no mucho talento: los talentos que se quedan dormidos se quedan en un nivel y los chancones los sobrepasaban.” Resulta pues importante para Wenddy el tener talento, pero además saber pulirlo. “Probablemente esa sea la mayor chamba de todas: si tú no desarrollas tu talento, pues se va; hay que entrenar siempre.”
Los proyectos en la virtualidad
“A mí no me chocó la virtualidad,” revela Wenddy. “Toda mi
vida, desde la época del antiguo Messenger, yo vivía conectada a las
videollamadas, porque toda mi familia está fuera del país.” Cuando apareció la
pandemia y la comunidad artística se volcó a las plataformas virtuales, Wenddy
ya llevaba cerca de 15 años relacionándose con la pantalla. “Sí ha sido difícil
en el sentido de la plataforma, que se te cae la red, a veces uno quiere hacer
muchas cosas, pero no los puedo hacer desde un encuadre; pero el sentir al otro
vivo, la sensación de convivio, eso yo creo que no le falta; además, sentía la
relación constante de acción y reacción e incluso puedes sentir los mismos
nervios cuando la gente te está viendo al empezar a llenarse la sala, es igualito.”
¿Todos estos proyectos virtuales continuarán una vez superada la crisis sanitaria? Para Wenddy, sí continuarán, y en paralelo con lo presencial, a pesar de la incertidumbre de cómo serán los próximos acontecimientos. “Todo esto es un caos,” asevera. “Todos sabemos que ha sido muy difícil llenar una sala, sobre todo los independientes y llenar una sala con estas condiciones y que además ese porcentaje chiquito de aforo rinda para toda la producción, cuando producir en esta época es mucho más caro, agregándole el añadido de los protocolos de la producción, pues creo que muchos vamos a seguir en la virtualidad.” Obviamente, los proyectos en línea permiten la disminución de costos de producción y el público ya no tiene excusas para no asistir, pues cierran la ventana de su trabajo y abren la otra del espectáculo en segundos. “La gente va a tener la necesidad de salir, de socializar, eso no lo discuto; pero creo que para muchos, la virtualidad va a ser más práctica; pero insisto, sin desestimar que todos extrañamos volver al teatro.”
Wenddy comenta que tiene varios proyectos para este 2021,
dentro de la virtualidad, con Daniel Goya, autor y director de El proceso. “Me
lo encontré un mes antes de la cuarentena, haciendo un taller de teatro, luego me
invitó a otro taller como actriz y él, como director y nos agarró la
virtualidad; comenzamos a jugar un montón con los ángulos, con los colores, los
filtros y nos divertimos tanto hasta que surgió El proceso.” Actualmente,
Wenddy forma parte de El Club de los Aquellos, colectivo que viene preparando
varios estrenos virtuales. “Tenemos un calendario muy interesante, estrenamos esta
semana Fronteras, una obra escrita y dirigida por Daniel Goya, y luego se
vienen proyectos bien bacanes, bien interesantes, para todos los públicos en
general,” concluye.
Sergio Velarde
20 de enero de 2021
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