La vigencia
de la comedia
Colectivo Creativo trajo en el mes de marzo
la divertida comedia “Trece y Martes”, bajo la dirección de Ricardo Morante y
con las actuaciones de Katherina Sanchez, Ena Luna, Victor Barco y Sergio
Velarde en el Teatro Auditorio Miraflores.
La ubicación del teatro es ideal, pues se
trata de un espacio que ayuda a abstraerse y concentrarse en lo observado:
Cristina (Ena Luna) y Jerónimo (Víctor Barco) son un matrimonio muy feliz y con
una tendencia a ironizar todas sus experiencias; además, son muy amigos de otra
pareja disfuncional, Natalia (Katherina Sánchez) y Patricio (Sergio Velarde). Este
último acaba de caer de un vuelo de avión en la Amazonía, con un boleto de
lotería que originalmente era de Jerónimo. La acción dramática de la obra gira
en torno precisamente a las diversas situaciones que atraviesa Jerónimo para
recuperar el boleto de lotería premiado de la maleta de Patricio.
Es muy rescatable la dramaturgia, ya que
casi en todo momento produce una sensación de tensión entre el público sobre
qué es lo que le ha sucedido a Patricio y si este está vivo o no. Por otro
lado, acerca de la producción, la decoración es muy sucinta, de estilo realista,
con muchos elementos de utilería básicos, mobiliario y luces blancas muy
sencillas, pues todo sucede en un solo acto. Lo más resaltante del montaje,
repetimos, es la dramaturgia (adaptada al contexto peruano) y las jocosas
situaciones que atraviesan los personajes que hacen que la energía escénica no
se pierda y el público se encuentre concentrado todo el tiempo disfrutando con
risas.
El vestuario de los personajes consta de
ropa casual, pero de colores vivos y hasta chillones, lo cual juega muy bien
con la temática del montaje: la comedia. Las actuaciones fueron muy creíbles,
en especial la de Sánchez, quien destacó por su protagónico en “Chambi y la
ciudad dorada” el año pasado. La actriz produce en su actuación, una serie de
gestos faciales que transmiten mucho el sentido del humor. Luna y Barco le
ponen el toque sarcástico a sus personajes, que los hace muy empáticos. Una
situación que no queda del todo clara es la muerte repentina de uno de los
personajes, que sucede demasiado rápido al final; este pudo haber sido uno más
cómico y no tanto dramático, pues rompe un poco con la acción. Finalmente, “Trece
y Martes” es una comedia rápida, agil, con un uso de la ironía de manera
inocente y con actuaciones precisas y limpias . El montaje terminó con una
lección sobre la importancia de la convivencia familiar y la amistad.
Enrique Pacheco
21 de mayo de 2019
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