sábado, 2 de marzo de 2019

Colaboración regional: KISPI KAY


Una mirada hacia adentro

El Perú es un país multilingüe; según cifras oficiales se tiene aproximadamente 47 lenguas originarias y todos ellas son importantes, no solo por ser un vehículo de comunicación, sino también por ser parte importante para la transmisión de culturas; entender una lengua no es solo entender una traducción literal como la que hace el traductor de google, es vital entender una cosmovisión que va más allá del signo y el significante y nos envuelve más con la tierra.

Kispi kay es una obra de teatro escrita y dirigida por el joven director y dramaturgo Marcelo Farfán, quien a pesar de aún no haber terminado sus estudios universitarios en la carrera de Artes Escénicas, ya nos provoca con esta puesta en escena que pone en la palestra, un tema tan importante para nuestra identidad, como es el de las lenguas originarias muchas veces mal vistas por todos nosotros, gracias a aquel inconsciente colectivo que las plantea como símbolo de atraso e ignorancia.

Ver una propuesta joven como esta es refrescante, pues el riesgo está presente en cada momento, la intensidad y desborde de su jóvenes y talentosos actores, que se forman en el oficio, Oriana Flores y Leo Infantas, quienes interpretan esta obra en español y quechua. Una que nos llena de emoción, aunque la precisión y la técnica no sea su mayor moneda de cambio, esto se ve compensando por sudor, pasión y ganas que ya quisieran tener muchos de nuestros compañeros mayores en el oficio.

La multimedia es un recurso importante para esta obra, pues crea un eje de acción reacción con el espectador, a quien le plantea preguntas y respuestas sobre la problemática que genera el descuido de nuestras lenguas originarias; siendo también una zona de riesgo, pues se plantean mensajes muy directos que tienen gusto de moraleja aleccionadora, además de cortar el fluido de las acciones de los actores presentes en escena, ya que el diálogo con este recurso tecnológico corta el tejido de la obra.

Esta puesta logró presentarse en el mes de febrero del 2019 en Cusco, los días 19 en la Alianza Francesa, el 20 en la sala Killa del Teatro Municipal del Cusco, el 23 en Casa Darte y el 25 en La Escencia.

El Tayta Jose Maria Arguedas nos dice: “Yo no soy un aculturado; soy un peruano que orgullosamente, como un demonio feliz habla en cristiano y en indio, en español y en quechua.” Por eso, una obra como Kispi Kay es digna de nuestro aplauso, por el nivel de entrega,  por ser un gran esfuerzo de estos jóvenes talentosos artistas cusqueños, por el nivel profesional que logran en la producción de esta obra y porque es un trabajo ético cargado de mensaje, que nos sugiere tomar conciencia y provocar un cambio.

Miguel Gutti Brugman
Cusco, 1º de marzo 2019

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