Empoderamiento de mujeres en escena
"Perra", dirigida por Fernando Castro, es un espectáculo de danza-teatro
co-producido por la Compañía de Teatro Físico y La Nave Producciones. Ha tenido
una cortísima temporada en el ICPNA del jueves 29 de noviembre al domingo 9 de diciembre
en el auditorio del ICPNA de Miraflores, con un elenco de siete bailarinas y un
actor, que se encargaban de mostrarnos cuál es actualmente el lugar de la mujer
en la sociedad.
Lo que se ve en “Perra” es producto de los estudios de
género que realizó la Compañía de Teatro Físico, sumado a la exploración grupal
de las intérpretes a través del cuerpo a lo largo de ocho meses. Estamos
hablando de un coro de siete mujeres que utilizan su cuerpo como herramienta
principal de comunicación. El resultado es una atmósfera hostil y represiva
que, a la vez, constituye una denuncia sobre los estigmas que se le atribuyen a
la forma de ser de una mujer. Una peculiaridad el espectáculo es el uso de una
serie de canciones, que van desde versiones románticas hasta canciones del
ayer, de modo que contextualizaba y aportaba a la creación de momentos llenos
de especificidad.
En el aspecto técnico, era evidente que algunas coreografías
no estaban del todo interiorizadas por el coro de mujeres. Al tratarse de una
creación colectiva, podemos decir que este es un producto en proceso. Sin
embargo, el ritmo de la obra nunca se desbarató, pues existía una concentración
de grupo muy fuerte e impactante para el espectador.
“Perra” te propone un viaje por las muchas situaciones por
las que pasa una mujer en la actualidad. Estas incluyen a siete mujeres en una
constante competencia por ser mejor que la otra, con la muestra de estereotipos
como la delicadeza, la belleza, la cosificación de la mujer y la sensación de
que deben comportarse y verse como muñecas perfectas. Por otro lado, se
muestran temas como la amistad y la empatía entre mujeres, el reconocimiento de
una mujer en otra, y el hecho de que como mujeres es necesario estar unidas en
esta lucha constante.
“Perra” es una propuesta de un viaje teatral con recursos
que sobrepasan la palabra; es decir, se basa en elementos que estimulan la
sensorialidad, como las coreografías, el uso de colores específicos en los
elementos escenográficos, las canciones elegidas para el montaje, el uso de
agua en escena, etcétera. Este montaje era un conjunto de estímulos sensoriales
que permitían llegar al público de una manera menos racional de lo que estamos
acostumbrados. Todo este viaje de sensaciones y emociones, en conjunto, termina
resumiéndose en una sola idea: la lucha por lograr un verdadero amor propio.
Stefany Olivos
14 de enero de 2019
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