viernes, 16 de noviembre de 2018

Crítica: ANTÍGONA EN NEW YORK


La vigencia de Antígona hoy

Antígona en New York es una tragedia moderna  que nos habla de la historia de tres inmigrantes: una puertorriqueña (Anita), “un ruso” y “un polaco”, que llegan a Manhattan para alcanzar el sueño americano. El sistema los ha relegado a vivir en un basural de la ciudad, y tienen como hazaña dar un entierro digno a su compañero, lejos de las fosas comunes. La obra, dirigida por Luly Rede, fue presentada en el teatro Roma, siendo así la sexta temporada teatral ENSAD 2018.

La puesta en escena estuvo compuesta por elementos innovadores y sabiamente engranados desde la dirección: secuencias físicas, donde los actores tenían movimientos específicos, como cuadros donde los personajes realizaban acciones que denotaban la idiosincrasia de cada uno de ellos. La interpretación de los actores estuvo pareja, todos dentro de una estética que nos daba indicios de un mundo representado “distinto”: el mundo de la vida callejera, donde hay personalidades impredecibles  y perfectamente reales. La construcción de esta atmósfera estaba llena de especificidades, sorprendiendo al espectador con la forma de ser de los personajes: personas que incluso habían recibido una formación profesional, pero que se habían adaptado al “fracaso” del sueño americano.

La escenografía sorprendió gratamente debido a la versatilidad de usos de los elementos en escena: una banca que permitía recrear distintos espacios de la ciudad, un poste de luz que por momentos  era manipulado por los actores para ser convertido en el autobús, en el tren de la ciudad. La iluminación permitía denotar los cambios de escena  y de espacios que la historia requería. Un logro de esta puesta en escena es la representación del traslado del cuerpo de John: el manejo de los elementos escenográficos por parte de los actores parecía una obra de prestidigitador para indicarnos la larga distancia y las situaciones en aprietos que puede haber al tener un muerto cargado por la ciudad. El vestuario estuvo al servicio de la construcción de los personajes: daba la impresión de que no podrían usar otra clase de vestuario; eran como máscaras que identificaban el carácter de cada uno de ellos.

El personaje de Anita nos remite a buscar la asociación con el personaje trágico de Sófocles: Antígona. En el montaje es explícita la necesidad de lograr hacer justicia humana al querer enterrar a su compañero John, lo que a la vez se convierte en un motor para luchar por un derecho que incluso remite a lo divino: el poder ser enterrado por sus seres queridos. La obra de Glowacki se basa en la línea moral de la Antígona original y la perfila desde una perspectiva latinoamericana, donde el contexto de la vida callejera le da urgencia y relevancia al deseo de desafiar a las leyes de la cuidad que determina que los vagabundos muertos terminen siendo echados a fosas comunes. La existencia de aquellos tres personajes extranjeros dentro de una ciudad norteamericana encarna aquel regreso a casa que todo ser humano busca, sobre todo luego de emigrar para buscar un futuro mejor. Glowacki se encarga de situarlos en un contexto de vida callejera, de modo que remite a la supervivencia de “un día a la vez”: los planes a futuro de estas personas se remite a sobrevivir y conseguir comida en el día, o conseguir dormir en el lugar más abrigado posible.

Una vez más estamos ante la vigencia de un personaje trágico como Antígona, pero desarrollado de modo tal que adquiere nuevos elementos con significados potentes actualmente. Se logra extrapolar en el texto la misma motivación del personaje de Sófocles, y permite la empatía con un público actual gracias a los temas tratados transversalmente: la discriminación, el poder de la ciudad, la búsqueda del sueño americano, la búsqueda de un vínculo dentro de un contexto tan solitario como es la vida callejera. Todo esto no hubiese sido posible de rescatar sin la mano atinada de la dirección, y sin el trabajo impecable que tuvo esta puesta en escena desde las actuaciones.

Stefany Olivos
16 de noviembre de 2018

1 comentario:

El Impaciente dijo...

Cuidado con copiar algunos conceptos expuestos por otras personas.

"[...] La obra de Glowacki se basa en la línea moral de la Antígona original y la perfila desde una perspectiva latinoamericana, donde el contexto de la vida callejera le da urgencia y relevancia al deseo de desafiar a las leyes de la cuidad que determina que los vagabundos muertos terminen siendo echados a fosas comunes.[...]" <--- eso lo dijo Jorge Sarmiento en el Folk edición octubre 2018; cambiaste un poco las palabras pero la idea es exactamente la misma. No vuelvas a hacer eso por favor.