viernes, 16 de noviembre de 2018

Crítica: PASO PEATONAL


La ley no tiene la razón

A inicios de noviembre, el Senado de la República en México acabó de aprobar que las parejas homosexuales tendrán los mismos beneficios de seguridad social que las heterosexuales, incluyendo  pensiones de viudez, acceso a atención médica y apoyo en caso de orfandad. Un paso adelante en la validación de derechos del sector LGTBIQ: cada vez existen más agentes voceros de esta necesidad de reconocimiento a nivel mundial. En el Perú, el teatro cada vez más está acogiendo este tipo de temáticas en sus recientes creaciones. La cartelera del teatro del Museo de Arte de Lima (MALI) dio lugar a la obra Paso Peatonal, ganadora en Sala de Parto 2017, bajo la dirección y dramaturgia de Pablo Luna. Alfredo (Claudio Calmet) acaba de enviudar: su esposo Ernesto acaba de morir por cáncer. La ex esposa del difunto, Irene (Ana Rosa Liendo), exige el departamento donde Alfredo y Ernesto vivieron durante su matrimonio, dado que la unión igualitaria no es legal en el país. El reclamo por parte de Irene lo justifica con Valentín (Matías Raygada), el pequeño hijo entre ella y el difunto. La obra transcurre en un solo día, donde se da una conversación acalorada entre los dos adultos de la historia, revelándose verdades y resentimientos por parte de cada uno de ellos.

Paso Peatonal presenta desde el inicio una composición dramatúrgica clara: la presentación de los personajes dejó la información suficiente como para saber la relación entre ellos: una ex esposa, un hijo de aquel matrimonio y el segundo esposo del  difunto en cuestión. La obra transcurre en el lapso de un día, una intensa conversación donde se debate sobre la validez de derechos de los personajes sobre la posesión del departamento. El texto tiene una estructura  clara, pues la intensidad del diálogo está modulada por información que cada vez va agravando la excitación de los personajes.

La escenografía estuvo conformada por elementos necesarios para la representación: muebles de la sala comedor de un departamento, acomodados y con una forma que aportaba a la idea de un lugar hogareño. La iluminación tuvo la labor principal de luz interior, pues para fines de la obra no se necesitaba un efecto especial más allá. Es interesante la representación del paso peatonal en la historia: Alfredo menciona que él y su esposo se conocieron en el paso peatonal cerca del edificio, y en ocasiones es proyectada la imagen de este lugar en el fondo del escenario; este recurso fue casi imperceptible, técnicamente pudo haber tenido más relevancia audiovisualmente dado que, además de ser un elemento importante, es el nombre que envuelve toda la historia. Los vestuarios fueron elecciones que sirvieron para la caracterización de la idiosincrasia de los personajes; si bien no hubo cambios, los indumentos que utilizaron nos daban información del temperamento y el grado de conservadurismo tanto de Alfredo como de Irene.

La construcción de los personajes estuvo pareja y lograda en los tres actores: un manejo corporal específico y una apropiación del texto dramático óptimos. A pesar de ser una obra cuya base es una conversación entre dos personas, el ritmo de la pieza nunca se perdió. Hubo una conciencia en escena momento a momento que causaba en el espectador la sensación de ser un juez que podría determinar quién tiene la razón al final de la obra. La presencia de Valentín, en momentos álgidos y específicos de la conversación, estuvo muy bien lograda, pues servía al desarrollo del drama.

El relativismo de las leyes de amparo a parejas por el hecho de ser heterosexuales es una condición que debe ser cuestionada. A esto entra el cuestionar cómo es que la idea de familia y matrimonio han sido sesgadas por ideologías heteronormativas, que simplemente han perdido vigencia. Esta obra es necesaria para poder poner atención a que la ley tiene que ser tan vigente como el contexto en el que se aplica. Bienvenida sea la segunda temporada en el Centro Cultural Ricardo Palma de Paso Peatonal y otras obras con contenido igual de necesario.

Stefany Olivos
16 de noviembre de 2018

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