Un disfrutable musical de antaño
El musical Ewig Jung (2007), puesta en escena escrita por el suizo Erik
Gedeon, se estrenó en Hamburgo en el 2010. Fue entonces que el trío cómico catalán
Tricicle, luego de haber visto el citado montaje, decidió realizar la versión
española, titulada Forever Young, luego del éxito que obtuvo el colectivo con
otro musical, nada menos que el Monty Python's Spamalot. Por su parte, el improvisador
y claun Armando Machuca (también competente intérprete, a quien notamos en
Hamlet) es el encargado de la versión peruana de Forever Young, consiguiendo un
gran éxito de público en su temporada en el Centro Cultural Ricardo Palma, con
Diego Bertie a la cabeza. Ahora en el Teatro Julieta (y sin Bertie en el
elenco), este musical ambientado en un geriátrico del año 2050, que tiene como protagonista a un elenco de
actores que se interpretan a sí mismos ya ancianos, continúa cosechando elogios,
algunos de ellos muy merecidos por cierto.
Y es que si bien la idea resulta atractiva, la dramaturgia peca de nulo
desarrollo. Asistimos a una hora y media en la vida de estos envejecidos
artistas, mientras escuchamos, en esencia, recuerdos de épocas pasadas (y
mejores) salpicados por las consabidas quejas y frustraciones de personas de aquella
edad. Todo esto matizado con inolvidables canciones de antaño, tanto extranjeras
como peruanas. Y así, la hora y media de espectáculo termina, los ancianos van
a dormir y nada pasó en realidad. Los personajes terminaron tal como empezaron.
Incluso, la presencia de la enfermera (que pudo ser la gran antagonista de la obra)
resultó al final no ser lo que aparentaba. ¿Qué queda entonces? Pues el gran
mérito de la puesta en escena: las inspiradas interpretaciones de los actores,
que logran un puñado de excelentes momentos, de la mano de los éxitos
imperecederos de Marley, Dylan, Queen, Eurythmics, Nirvana, los Stones,
los Beatles, y por supuesto, de la mítica Alphaville, con el tema que le da
título al montaje.
Los caballeros cumplen con bastante corrección (y discreción) su
cometido, incluido el propio Machuca. Manuel Lassús (buen actor y cantante, a
quien recordamos de La Chica de la Torre de Marfil) podría lograr aún mejores
resultados, si acaso dejara de pensar que es el reemplazo de Bertie. A destacar
en todo caso a Miguel Álvarez, que aprovecha cada una de sus intervenciones
para burlarse de sí mismo, con mucho estilo. Pero son las damas las que más llaman
la atención: desde la calidad vocal de Miluska Eskenazi, hasta la conmovedora pérdida
de glamour de Tati Alcántara, pasando por una desternillante Patricia
Portocarrero, haciendo de las suyas como ya es costumbre. El elenco debe cuidar,
eso sí, el no perder las caracterizaciones al cantar o bailar. El maquillaje,
la escenografía y el acompañamiento musical suman al montaje. Forever Young, en
su versión nacional a cargo de Machuca, es un disfrutable musical, que bien
vale la pena ser apreciado por todos aquellos que pensamos que “todo tiempo
pasado fue mejor”.
Sergio Velarde
16 de agosto de 2015
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