Notable comedia del absurdo
Una gratísima sorpresa es la que nos depara la nueva temporada del
grupo El sótano en el Teatro Mocha Graña de Barranco. La niña se mató, y punto, destacada comedia
del absurdo escrita en el 2002 por la dramaturga uruguaya Teresa Acosta, ha
recibido una feliz adaptación por parte de Paco Caparó, un profesor-director
que es capaz de conseguir arriesgadas e interesantísimas muestras con sus
alumnos en el Club de Teatro de Lima. Ese riesgo que supo imprimir, justamente,
en los montajes del colectivo Teatro del Riesgo, como lo fueron Carne de mujeres (2013), de su autoría; y Tú no entiendes nada (2011), de Juan José
Oviedo. En La niña se mató, y punto, asistimos como espectadores al entierro de
una jovencita, rodeada de sus familiares y amigos más cercanos, quienes con
gran desparpajo rompen la cuarta pared para acusarse mutuamente, mientras el
alma de la niña deambula por el espacio, y su presencia es notada únicamente por
un par de estrafalarios payasos sepultureros.
El suicidio de la joven, que encontró la muerte bajo el agua, es el
punto de partida para una oportuna reflexión sobre nuestra confundida juventud.
Si bien fue escrita hace más de 10 años, la pieza mantiene una inquietante actualidad.
La equivocada y torcida sociedad en la que vivimos, se encarga de juzgar a los
demás y a buscar a los culpables, pero a la vez tiende a cubrirse y a apañarse
al aparecer los problemas. La niña se mató, y punto escarba dentro de nuestros propios
prejuicios, contando con la ayuda de un puñado de personajes muy bien bosquejados,
que representan, cada uno a su escandalosa manera, los estereotipos que no nos
permiten progresar y que mellan cualquier intento de desarrollo. En medio de
los alegatos de los involucrados en el deceso, los espectadores reciben lo
impensable: una divertidísima comedia acerca de un hecho tan lamentable como lo
es la muerte de una joven, pero con un mensaje directo que consigue la oportuna
reflexión del público.
El elenco en pleno, salido de las canteras del Club de Teatro de Lima,
resulta sumamente convincente en su abrumadora naturalidad. Excelente y preciso
el trabajo de Jhosep Palomino y Hendrick La Torre, como los payasos que
conducen la acción; acaso las secuencias más destacables sean sus
acompañamientos en segundo plano a las apariciones de la niña, que dicho sea de
paso se llamaba Ofelia, bien interpretada por Jannina Vargas. Completan los
actores Juan Carlos Ñiquen y Sandra Barbosa, como los padres de la niña, inútilmente
enfrentados por sus necios comportamientos; mientras que José Gómez Ferguson
tiene el rol más difícil, como el mediador del entuerto. Las intervenciones de
la vecina Marleny Herrera, el cura Roberto Huamán y el afeminado tío Maykol
Asencios, resultan hilarantes. La psicóloga Malena Cortegana y la mejor amiga
Sofía Espantoso aportan dignidad a sus roles. La aparición del inesperado personaje
de Sandra Makishi cierra con broche de oro una de las mejores comedias absurdas
en lo que va del año. La niña se mató, y punto, adaptada y dirigida por Paco
Caparó, es a todas luces, una pequeña y discreta joyita del teatro independiente que debe
verse.
Sergio Velarde
23 de abril de 2014
2 comentarios:
Gracias por sus comentarios y asistan a ver la obra, ya en su última semana
Sin lug ar A duda. una de la mejores comedia del absurdo de este año. Que se lleva todos los aplausos. Bien escritapor. Teresa Acosta. Buena adaptacion de Paco caparó. Buena actucion de todo el elenco. Y buen espectaculo totalmente recomendable.
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