Cuando Plutón pasó a formar parte de la familia
En una casona antigua de Miraflores, una familia se reúne por Navidad. Edurne (Amaranta Kun) y Puli (Sabrina León-Prado), tía y sobrina, se encuentran en la sala hablando sobre el sistema solar. Edurne explota de indignación al enterarse que Plutón ya no es considerado un planeta principal; nosotros, el público, presenciamos dicha escena desde dentro de la casa, como si fuéramos los muebles.
En realidad, vamos presenciando todas las dinámicas disfuncionales: desde Pavel (Juan Carlos Pastor Izurieta), siendo un padre sobreprotector con Puli; Leonardo (Lucho Cáceres), tratando de ser un buen abuelo y reconstruir la relación rota con sus hijos Edurne y Pavel; hasta Paula (Macla Yamada), intentando integrarse a su nueva familia. Sin embargo, no todos son momentos de tensión, también vemos y sentimos momentos cálidos, como Pavel, Puli y Edurne siendo cómplices y cantando Te lo pido de rodillas, mientras todo a su alrededor se va desmoronando; o Paula dándose cuenta del valor que tienen las discusiones familiares, porque dentro de todo, significa que te siguen importando.
Es así que Mariana de Althaus repone una de sus obras más clásicas y humanas que mezcla una experiencia tan universal y común, con elementos que parecieran salir del realismo mágico, como una tortuga que habla y el hecho de que podamos formar parte de la historia de una manera tan íntima, que hacen de esta obra una experiencia única.
Barbara Ríos
29 de diciembre de 2025

No hay comentarios:
Publicar un comentario