Historias breves, emociones grandes: Obras Kortas Martes
Los martes de septiembre, el Teatro de Barranco abrió sus puertas a Obras Kortas Martes: teatro, bar y fiesta, un formato que combina brevedad, frescura y diversidad creativa. Esta temporada buscó consolidarse como una vitrina para nuevas producciones y artistas independientes, ofreciendo al público cuatro propuestas que, desde distintos estilos teatrales, exploran el amor, la comedia y el absurdo.
La primera obra de la noche, Ahora lo entiendo, escrita por Richard Alvarado y dirigida por Rodrigo Romero, bajo la producción de PÚRPURA PRODUCCIONES, aborda los enredos de una pareja de amantes. La escenografía plantea un entorno claro y funcional, mientras que el humor conecta bien con el público sin interrumpir la narrativa. Sin embargo, la propuesta actoral pierde fuerza debido a una dicción poco clara y un manejo vocal limitado. La energía en escena tiende a dispersarse, dificultando una composición definida. Aun así, el cierre logra mantener buen ritmo y ofrece un final satisfactorio. En escena: Nathaly Alvarado, Pamela Lazo y Rodrigo Romero.
La segunda propuesta, Catocala nupta – La espera, escrita, dirigida e interpretada por Polilla (Paul Guerra), y producida por Sonrisa Seria, se presenta como un unipersonal clown. La escenografía y el vestuario construyen con eficacia la identidad del personaje y su universo poético. El vínculo con el público se establece rápidamente, aunque el ritmo inicial resulta lento y, en ciertos pasajes, la conexión se diluye. El recurso de interpretar sin voz, simulando hablar, es original, pero es un recurso que no potencia la representación. La dramaturgia transita del absurdo al romance con acierto, utilizando acciones físicas y voz en off para ampliar el relato. El desenlace, bien ejecutado, confirma la solidez de la propuesta.
En tercer lugar, llega Como si fuera cierto, dirigida por Rodrigo Falla Brousset y escrita por Caroline Comstock, producción de LA INTENSA PRODUCCIÓN. La obra apuesta por jugar con la ruptura de la ficción e incluir al público. Sin embargo, esta estrategia se siente forzada y apresurada, restando coherencia a la trama. El argumento carece de un rumbo claro y, pese a la interacción y las dinámicas en escena, la improvisación no logra explotarse a fondo. Desde lo actoral, si bien la escucha entre los intérpretes favorece el ritmo, no se percibe una construcción sólida de personajes ni circunstancias bien definidas. Escenografía y vestuario sugieren un entorno verosímil, aunque insuficiente para sostener la propuesta. En escena: Luisito Fernández, Pierina Parodi y Falla Brousset.
Finalmente, Cuando nos volvamos a encontrar, escrita y dirigida por Marco Huachaca y producida por TEATRO EN EL PERÚ, propone un concierto teatralizado con una atmósfera romántica. Aunque el uso de luces, proyección y canciones crea una atmósfera íntima, la historia carece de un conflicto sólido y se aborda de manera superficial, cayendo en clichés. Las actuaciones no alcanzan organicidad: la sobreactuación y la falta de vínculo real entre los personajes debilitan la verosimilitud. El final, con una imagen potente, resulta el momento más logrado del montaje. En escena: Héctor Parra y Valkiria Aragón.
En conjunto, Obras Kortas Martes refuerza la importancia de los espacios alternativos para el teatro independiente en Lima. Si bien cada propuesta evidencia áreas de mejora —particularmente en construcción actoral y claridad dramatúrgica—, el ciclo destaca por su ímpetu creativo y por sostener un espacio donde las producciones emergentes encuentran público y resonancia.
Rubén Aquije
26 de setiembre de 2025
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