sábado, 13 de septiembre de 2025

Crítica: UN DÍA COMO CUALQUIER OTRO


Cuando la realidad supera la ficción

¿Alguna vez has sentido que estás atrapado en la monotonía de la rutina?, ¿quizás has tenido ganas de hacer algo distinto, pero no te atrevías por miedo a renunciar a esa “tranquilidad” que te daba tu zona de confort? Pues si la respuesta es un sí, Un día como cualquier otro es el tipo de obra que necesitas ver.

El colectivo teatral Telón Mestizo pone sobre las tablas del Nuevo Teatro Julieta la citada obra, protagonizada por el gran actor Mario Rengifo y con un talentoso elenco conformado por Sebastián Olivencia, Leny Luna Victoria, Alana La Madrid y Lucía Brozovich. La historia nos lleva a presenciar la vida rutinaria de Mario que, de un momento a otro, empieza a escuchar a una voz en su cabeza que le predice cuál es su próximo movimiento o qué estará por pasar. Vemos a un Mario que cada minuto que pasa se vuelve más paranoico por esta voz y por su incapacidad para convencer a las demás personas de que está pasando algo inusual.

Si bien el concepto remite un poco a la película The Truman Show, la puesta cuenta con sus propios toques personales. Stefani De Ruvo, quien escribió la obra y Gian Marco Valle, quien la dirigió, traen una propuesta bastante innovadora y que no se ha visto mucho en la escena limeña, con un maquillaje bastante creativo y escenografía que también suma bastante a la trama, nos muestran a un personaje bastante humano y con quien fácilmente nos podemos identificar desde un inicio.

A lo largo del relato vivimos junto a Mario una serie de sucesos cómicos, y otros no tanto, que lo irán desencajando poco a poco, hasta llegar a la conclusión de que hay alguien más controlando su vida en ese punto y debe hacer algo al respecto, de lo contrario, cosas malas le sucederán. Es así como nos enteramos, junto con el personaje, que forma parte de un libro, que la autora está en crisis porque no sabe qué desenlace darle a la historia, esto mientras la editora intenta convencerla de que acabar con la vida del personaje es un buen cierre.

Si bien el desenlace es quizás un poco evidente, eso no resta valor al mensaje que la obra intenta darnos: atrévete a hacer cosas nuevas, a vivir más, y que no necesariamente eso tiene que implicar sufrir o pasar por traumas; que toda experiencia vale la pena ser vivida, que la vida en general merece ser disfrutada en todo momento.

Barbara Rios

13 de setiembre de 2025

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