La danza como redención
La danza y el teatro se juntan en esta obra para revelar los misterios de la conciencia de una genial bailarina de cara al final de su carrera. Pero no se trata de un recorrido biográfico, sino de un ejercicio de redención al que se ve sometida por los extraños personajes que la rodean: un joven conserje es el principal cuestionador de sus actos y un coro griego la acompaña en esa búsqueda interior, que se desarrolla entre el pasado y el presente, con movimientos que interpretan las distintas fases de ese descubrimiento de sí misma.
La bailarina Verónica Danzet es el personaje central de la obra; es interpretado por Michelle Gereda, maestra de ballet clásico y danza contemporánea e integrante del Ballet Nacional, que sorprende con su buena actuación. Verla bailar en el Gran Teatro Nacional siempre es fascinante, pero esta vez añade intensidad a un personaje cargado de soberbia por haber llegado a lo más alto y encontrarse en el ocaso de su carrera. Michelle lo consigue conjugando danza y texto. La obra le permite lucir su talento como bailarina y es sencillamente, maravillosa.
Como complemento, Sebastián Cornejo interpreta al conserje que hace reflexionar a Danzet sobre lo que ha sido su vida como bailarina y su relación con otras personas. La interacción con ella se eleva gracias a su experiencia en la danza contemporánea (Dactilares, entre otros) y aunque su personaje no tiene los matices de tensión de la bailarina, Sebastián cumple e interpreta bien su papel.
Una mención especial merece el “Coro Griego”, infaltable en una tragedia como las voces de la conciencia. En este caso, gracias a un dedicado trabajo que revela mucho ensayo, logran una sincronización perfecta en los textos, que fluyen tan claros como sus ágiles movimientos, otorgándole frescura y gran dinamismo a la historia.
La obra se desarrolla con base en un libreto original de Jorge Pecho, cuyas referencias a fábulas y cuentos infantiles son deliberadamente evidentes para que no haya dudas sobre el mensaje. La acertada dirección general está a cargo de George O'Brien y la música que hilvana toda la historia es de Renzo Torres. Este equipo conduce la obra en un escenario donde lo importante es la expresión de los cuerpos. La luz resalta su armonía, su tensión, su exploración interior y su aceptación.
Fueron muy pocas funciones y merecería una reposición.
David Cárdenas (Pepedavid)
22 de junio de 2025
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