Valorando instantes
La memoria, tan frágil como parece, atesora recuerdos que en algún momento, por más que creamos olvidados, vuelven a nosotros para humedecer nuestro rostro con una lágrima. Quizás sea una frase que resume el tema de estas dos microobras que nos dejan con los ojos inundados, no solo por la temática, también por la interpretación que realizan los actores.
La primera obra fue La entrevista; al iniciar, en esta puesta en escena nos encontramos con Esteban, un reconocido autor, quien es entrevistado por una alumna de periodismo, llamada Lucía. Esta obra, con elementos muy simples en escena, nos brinda esa magia que tiene el teatro de hacernos imaginar objetos y entornos que solo los actores pueden ver, con un excelente juego de luces, nos brinda grandes momentos. Así mismo, los personajes fueron interpretados por Pedro Olortegui y Cielo Abril, respectivamente; experiencia y juventud que logran una combinación que hace sentir el peso de la obra. Ambos, según avanza la entrevista, dejan ver sus discrepancias, las cuales empiezan a perturbar la dinámica; así dejan ver una leve familiaridad con la joven que provoca curiosidad en Esteban, como si la conociera desde tiempos anteriores. Una obra que nos deja una gran lección.
En la segunda puesta en escena, Abuelo, vemos a Antonio junto a su nieto Arturo, personajes que son interpretados por Olortegui y Nicolás Castillo, respectivamente. Un abuelo muy tierno, quien suele jugar junto a su nieto; todo esto se va transformando cuando Arturo empieza a crecer y desea abandonar su hogar. Antonio hace todo lo posible para interrumpir esos momentos en los que comparten las tardes juntos. Intenta alejarlo de los riesgos y de la terrible realidad que se oculta en el exterior, una realidad que Antonio no está preparado para admitir. Sin duda, en la actuación se nota la evolución de los personajes y en ambos se percibe muy claramente su objetivo. Con una escenografía básica pero que toma relevancia, al ser aprovechada en su totalidad, no es solo un elemento decorativo, también forma parte de las acciones de la obra.
Al ver estas piezas de teatro nos queda una sensación de nostalgia, pero al mismo tiempo nos hace sentir la importancia de valorar cada momento. Sin duda, dos obras cortas con mucha reflexión.
Javier Gutiérrez
29 de junio de 2025
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