viernes, 1 de noviembre de 2024

Crítica: LA HERENCIA


Sobre la transformación de vínculos en escena

La escena teatral limeña se halla actualmente en medio de un boom de estrenos. Es gratificante ver la temática tan variada albergada en los textos representados. Recientemente tuve la oportunidad de asistir al estreno de la obra La herencia, escrita y dirigida por Gianfranco Mejía, con temporada en el Teatro Auditorio Miraflores. El corazón de este distrito fue el lugar perfecto para que el elenco encabezado por el primer actor Hernán Romero, al lado de Paco Varela, Paola Miñán, Lucho Menezes, Ena Luna y Facundo Posincovich, pudiera encarnar un drama familiar contundente y vigente. Romero interpreta a Abelardo, un hombre que presiente tener poco tiempo de vida y que intenta reunir a sus dos hijos, a propósito de la repartición de bienes y el cumplimiento de sus últimos deseos. Este suceso pone en evidencia la mala relación entre los hermanos, especialmente entre Abelardo y su hijo. Poco a poco, los conflictos van apareciendo y dejando en claro por qué la relación familiar está tan dañada.

Ha sido un verdadero placer ver a Romero en una obra de teatro después de tanto tiempo. El primer actor interpretó su personaje de maneja magistral, destacando en la apropiación del texto. Si bien algunas líneas denotaban algunas redundancias y limitaciones (a nivel de dramaturgia, mas no de interpretación), el actor logró un trabajo impecable. Varela y Miñán logran construir una clara relación entre hermanos con conflictos no resueltos; a lo largo de la obra, la transformación de su vínculo llega a ser conmovedora, creando empatía con el público asistente. Debo destacar el hecho de que Varela use su lesión en el brazo a favor de la representación. El rol del mayordomo, interpretado por Menezes, fue crucial para el engranaje total de la historia, pues fue un agente de reconciliación de toda la familia. Al ser una historia familiar compleja la representada en La herencia, los roles de Luna y Posincovich aportaron riqueza de detalles a la historia.

Si bien el elenco hizo un trabajo completo de creación e interpretación de personajes, el punto de mejora de la representación estuvo en el texto de la obra. Constantemente se escuchaban frases cuyas ideas eran similares entre sí, solo con diferentes palabras. Incluso había parlamentos literalmente iguales en una sola escena. Algunos textos caían en lo cliché en momentos muy específicos de la obra. Considero que una revisión en la dramaturgia  podría ayudar  a afinar estos detalles, de modo que la obra gane mayor profundidad en el desarrollo de sus personajes.

La herencia es una representación de un drama que escenifica los verdaderos intereses de una familia alrededor de un incentivo económico. Aunque cada núcleo familiar es distinto, es en momentos difíciles en los que se ve quiénes son realmente nuestros aliados. No obstante, la obra de Mejía nos deja la sensación de que es posible limar asperezas, incluso aquellas que parecen no tener solución. El público que vaya a ver esta obra podrá ponerse (o no) en el lugar de los hermanos, quienes con mucho esfuerzo deciden continuar con sus vidas en unión familiar, demostrando así que es posible mejorar las relaciones con nuestros seres queridos.

Stefany Olivos

1º de noviembre de 2024