miércoles, 13 de marzo de 2024

Crítica: EL DÍA QUE QUEMÉ A MI PADRE


Reescribiendo una historia

Diversos proyectos teatrales han abordado los grandes conflictos que giran en torno a la familia; esta vez, Proyecto 88 y La Eme Colectivo estrenaron la obra El día que quemé a mi padre, escrita por Henry Sotomayor y Mónica Talavera, quien también la dirige. La temporada tiene lugar en el Club de Teatro de Lima.

El elenco está conformado por Luisa Caldas, Luis Acuña y Henry Sotomayor, este último interpreta a Enrique, un escritor conflictuado por su infancia y la ausente figura paterna, situación que lo lleva a repetir los mismos errores con su propio hijo. Su intención de borrar el pasado lo lleva a transitar por sus recuerdos, en compañía de un irreverente conejo y la figura de la muerte. Ahora bien, la narrativa plantea un drama con varios momentos cómicos, los cuales sirven para refrescar al público y aportan dinamismo a la puesta; sin embargo, se corre el riesgo de perder el sentido del relato, el cual se recupera cuando el drama aparece, y el protagonista toma decisiones. Respecto a las actuaciones, tenemos construcciones de personajes bien delimitadas, con características específicas desde el manejo corporal, los elementos de vestuario y el universo emocional de los mismos.

Una escenografía funcional, diseñada en base a cajas de cartón, haciendo uso de elementos sencillos, el juego de luces y la música en vivo, que bien podría considerarse un personaje más, debido a las precisas intervenciones dentro de la historia.

El día que quemé a mi padre es una sobrecogedora pieza de teatro, que a través del humor oscuro e incómodo nos revela la oportunidad para reescribir una historia, en este caso la de Enrique, que lucha contra su pasado atravesando diversas emociones, que permiten identificarnos de alguna u otra forma con este personaje. Además, refleja la necesidad atender el tema de la salud mental y la forma en la que influye en todos los ámbitos de nuestra vida. Sin duda, estos temas nos llevan a infinitas reflexiones, no solo como individuos, sino también como sociedad.

Maria Cristina Mory Cárdenas

13 de marzo de 2024

No hay comentarios: