La necesaria apropiación
La escena teatral contemporánea está
compuesta por, en mayor parte, unipersonales. Ya sean trabajos testimoniales,
autoficcionales, microrrelatos, biodramas, etc. Pero no siempre son
trascendentes. Porque normalmente estas propuestas son entendidas de manera desasociada.
Es decir, un actor/actriz coge o crea un drama, un texto y lo lleva a escena,
al teatro. Pero se olvida de la dramaturgia, aquel espacio de mediación en el
que coexisten teatro, actuación y drama. Donde se compone una experiencia
efímera más allá de un texto o partitura. Por esta razón, me arriesgaría a asegurar
que Drag cumple con una dramaturgia
que se piensa y realiza alrededor de estos factores, se sostiene y culmina
victoriosa, pasando a ser memorable.
Tomás Carreño, parte entonces de lo generado
en su labor como actor y payaso con destreza expresiva, manejo total de su
instrumento corporal y nos obsequia un personaje particular, gracias al sencillo
texto y dirección de Gean Pool Uceda. Pero eso es lo que todo espectáculo
debería tener; lo destacable aparece cuando Tomás se establece, respira el
acontecimiento y se vuelve dueño de un espacio escénico real/ficcional. Él es
consciente de todo aquello que está a su alrededor, el público lo acompaña,
está presente todo el tiempo, lo sabe y se aprovecha de esto, se apropia del
discurso, del silencio, de la forma. Falla, disfruta el error, se excede del
famoso juego del 1, 2 y 3 pues el tiempo en el teatro puede y no sostenerse,
todo depende de cómo juegue el actor. Y él nos mantiene a la expectativa,
porque ha logrado lo que muchos no, por el sencillo y amable detalle que maneja
como un plus, existe en él un deseo de comunicación. A través del juego que sostiene
a manera de simple chisme. Cómo nos encanta. Y nos comparte el viaje del
personaje manteniéndonos a la expectativa para finalizar, estoy segura, causando
un grado de fraternidad. Pues nos va ganando en todo el proceso, tanto que
queremos que todo le salga bien. Para concluir con un final inesperado, pero un
gran final. Que engloba todo lo que concierne al conocimiento, trasformación y
aceptación de ser un Drag. Y así, más allá o más acá del texto, se resuelve en
el encuentro inestable de los elementos que componen la experiencia escénica
consiguiendo una consecuente dramaturgia.
Además, el formato de relato que nos
comparte contiene de cierta manera y acertada, un modo de resistencia contra la
imposición de mitologías producidas por las industrias hegemónicas. Cae el mito
y tabú acerca del mundo Drag. Ya que, con toques de chisme nuevo, es utilizado
como herramienta para que el personaje se distinga como sujeto. Pero al mismo
tiempo siendo ficción, lo aceptemos con todos sus errores, deseos y sueños, que
en el transcurso de la narración nos va confesando, o quizá que nosotros como
público, construimos. Pues tradicionalmente somos seres que inventamos fábulas para
encontrar un sentido a la experiencia vivida sea esta caótica o inconexa.
Por último, destacar esta propuesta
escénica por la labor del actor, pues no todo aquel que pisa un escenario tiene
en cuenta el factor comunicación, donde el espectador es un siempre posible
receptor-emisor y que incluso, a partir de ello, de la mirada abierta y
horizontal al público se pueden generar lazos que en el cotidiano tanto nos
rehusamos a experimentar. Carreño logra su cometido como actor y emisor de algo
más grande y el público, receptor juega presto siempre dispuesto a escuchar y
observar con atención. No obstante, no solo hay que saber ganarse al público,
hay que tenerlo de nuestro lado todo el tiempo. Y con esto no me refiero a que
nos amen o apoyen, sino que, en una sociedad sobreestimulada como en la que
vivimos, incluso sacar provecho de estos mismos medios, como redes o
plataformas audiovisuales para componer escénicamente, y mantenerlos
expectantes al hecho escénico sin que nos saquen la vuelta mirando al reloj,
pensando en qué comerán más tarde o si sacó o no a pasear al perro, es destacable.
Porque ojo, no porque alguien haya pagado una entrada para ver el espectáculo,
ya asegura que se involucrará con nuestro arte.
Conny
Betzabé
13 de marzo de 2023
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