Con orgullo y sin prejuicios
Visiblemente emocionada, la directora Nella ‘Samoa’ Alvarez
comentaba, en el escenario del Teatro Julieta al término de la última función, el
gran desafío que significó el haber estrenado en la capital la pieza Gay Play, escrita y co-dirigida por Gonzalo
Rodriguez Risco, ya que incluso el mismo nombre de la obra jugaba en contra al
momento de conseguir financiamiento para su producción. Razón no le falta a
Alvarez, ya que lamentablemente vivimos en una sociedad (aún) profundamente
machista, tradicional (en el peor sentido de la palabra) y por supuesto, discriminadora.
Es por ello que el excelente resultado presentado en escena no solo es una
muestra más del muy buen nivel que exhibe la mayoría de las puestas
presenciales en la actualidad, sino que constituye todo un acto de compromiso y
resistencia que debe ser aplaudido, sin duda.
Estrenada hace 11 años en Estados Unidos y presentada por
primera vez en nuestro país, Gay Play
no ha perdido un ápice de pertinencia y vigencia. Dividida en dos partes bien
definidas, primero conocemos y nos involucramos en la genuina amistad entre la
superestrella de drag Didi Coquette (Gerson del Carpio) y el tímido Reynaldo (Brayan
Pinto) en medio de coloridas música, canciones y coreografías ad hoc, para luego enterarnos que este
último esconde un secreto que bien podría provocar una ruptura en su relación. Como
toda puesta presencial de Samoa Producciones, los lenguajes cinematográfico y
teatral se complementan de manera coherente y acertada, desde los créditos de inicio
y final en la pantalla del foro, hasta el aprovechamiento de las escaleras y la
puerta de ingreso para ciertas acciones.
En el apartado de las actuaciones, Del Carpio se luce con un
personaje lleno de energía, vitalidad y sobre todo, humanidad. Por su parte, Pinto
destaca por su versatilidad, es divertido y conmovedor de acuerdo a la ocasión.
El acompañamiento permanente y virtual de las tres bailarinas y la aparición
del stripper Fernando Villena suman al montaje. Esta (la primera de muchas,
ojalá) temporada de Gay Play constituye
todo un acierto en varios niveles: no solo se trata de un espectáculo estilizado
y divertido, sino que llama a la oportuna reflexión en los espectadores acerca
de una comunidad que necesita ser escuchada y visibilizada, con mucho orgullo y
sin prejuicios.
Sergio Velarde
8 de julio de 2022
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