Apuntábamos en la reseña de la excelente Silencio sísmico (2016), que nadie le
gana al dramaturgo Eduardo Adrianzén al querer retratar, desde su particular
óptica de vida, el estado anímico de una nación profundamente golpeada por la
violencia generada por sus propios habitantes. Pero en su último estreno, Cuídate de mí, presentada en la Asociación
de Artistas Aficionados (AAA) bajo la dirección de Leo Cubas, Adrianzén va más
allá, pues explora aquel temido disparador de tantos excesos y atropellos: el
miedo. Uno que simplemente va cambiando de forma, pero que permanece a lo largo
de los años junto a nosotros, inmiscuyéndose en nuestras vidas, socavando
nuestra racionalidad e impidiendo nuestra evolución. Se trata de un sólido montaje
que funciona como una perfecta alegoría de nuestra inquietante realidad social.
Así como Silencio
sísmico, que enlazaba diversos cuadros con la historia principal, el autor
presenta en Cuídate de mí cuatro escenas
independientes ubicadas todas en nuestra capital, pero en épocas distintas.
Desde las torturas perpetradas durante la Santa Inquisición, pasando por la
crisis generada por la guerra con Chile, la discriminación generada por la migración
en los años 60, hasta estos días en los que vamos recuperando nuestra “normalidad”
prepandémica. La dirección de Cubas elige hábilmente, y en concordancia con el
estilo dramatúrgico, matizar la contundencia de cada historia con sarcasmo e
ironía. Son estas pinceladas de humor negro muy celebradas por el público y además,
le permiten entender a cabalidad que es efectivamente el miedo el que nos tiene
sumidos en el caos.
Unos cuantos muebles que cambian entre las escenas, varios relojes
colgando de la parte superior del escenario, efectos sonoros y humo en momentos
clave constituyen lo justo y necesario para que el elenco destaque por su
versatilidad en sus diversos roles: Ximena Arroyo y Pold Gastelo, como siempre
impecables; al lado de los jóvenes Ivi Cordero y Joel Soria, muy precisos en
sus personajes; y en medio de ellos, la maravillosa Attilia Boschetti, en
reemplazo de nuestra primera actriz Sonia Seminario. Cuídate de mí de Eduardo Adrianzén es un divertidísimo y conmovedor retrato de una
sociedad con las heridas abiertas, que nos confirma por enésima vez que hemos
avanzado muy poco o nada como colectividad. Como lo mencionara Leopardi: “No temas ni a la prisión, ni a la pobreza, ni a la muerte. Teme al
miedo”.
Sergio Velarde
5 de abril de 2022
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