Tragicomedia en las urnas
Una desconcertante experiencia resulta del visionado de Señora Presidenta, nueva puesta virtual
escrita y dirigida por Desly Angulo y presentada por Cuarta Maraña. En el
afiche ya se nos anticipaba que veríamos a la actriz y cantante Trilce Cavero,
tan efectiva en el género de comedia, como nuestra primera mandataria y que
estaría acompañada por una trabajadora de limpieza, interpretada por Kelly
Carrillo, la cual formaría parte de su gabinete. Las risas estarían de sobra
aseguradas; no obstante, las apariencias engañan, ya que el espectáculo pregrabado
de Angulo no se queda en el sencillo tratamiento cómico (muy efectivo, por
cierto), sino que le brinda a las dos protagonistas sendas historias cargadas
de drama y contenido, que enriquecen el producto final.
Estrenada poco antes de Fiestas Patrias, la historia cobra evidentemente
una mayor relevancia. Eugenia no resulta ser la primera presidenta del país,
sino la entusiasta presidenta de una mesa de sufragio que nunca llegará a
completar la totalidad de sus miembros. Por su parte, Victoria, encargada de la
limpieza de ese centro de votación, es la única que le presta atención a las inusuales
demandas de Eugenia para conseguir un proceso limpio y transparente. Por
supuesto que nuestra insólita coyuntura política (antes, durante y después de
la segunda vuelta) le sirve en bandeja a la autora y directora el suficiente
material para crear ingeniosos diálogos, bien aprovechados por las actrices.
Pero como ya mencionábamos antes, Angulo inserta, dentro de
las acciones en el centro de votación, varias secuencias que nos revelan el
pasado de ambas mujeres que terminarán por cambiar completamente el tono de la
obra. Acaso el ritmo se dilate en algunas escenas, pero tanto Cavero como
Carrillo lucen lo suficientemente convincentes en el apartado dramático para
crear verdadera tensión hacia el final. En la nota de prensa, Angulo sostiene
que esta puesta virtual no esgrime una postura política, pero sí que es humana
y genuina. En todo caso, la frustración, la desesperación y el delirio que nos
ha provocado el último proceso electoral (por no mencionar a toda nuestra
historia política contemporánea) son emociones muy humanas y genuinas, retratadas
con acierto en la puesta. Señora
Presidenta desconcierta, sí, pero gratamente, por la profundidad dramática
de sus personajes y sus acciones.
Sergio Velarde
21 de julio de 2021
No hay comentarios:
Publicar un comentario