lunes, 15 de marzo de 2021

Crítica: GAME OVER


Juegos sin reglas

Una divertida comedia es el punto de partida para revelar las distintas perspectivas de temas como la paternidad, los vínculos amorosos y el compromiso. Game over, escrita y dirigida por Jorge Pecho, sumergió a los espectadores en el mundo de los videojuegos, exactamente, el del mítico Mario Bros, rescatando a dos de sus personajes Bowser y la Princesa Peach, esta vez, encarnados por Johan Escalante (Gowser) y Liz Roggero (Princesa Beach).

El curioso e hilarante panorama que propone Pecho inició con música e imágenes del videojuego, las cuales sitúan al público en este universo, hasta que aparece el personaje de Roggero, resolviéndose con acierto la transición de la presentación al desarrollo de la historia. Como refirió el dramaturgo y director, en un breve conversatorio al término de la transmisión, los diálogos y el hilo conductor de la trama surgieron mediante algunas improvisaciones, que aunadas al imaginario de la narrativa, dieron como resultado una suerte de discusión entre los personajes acerca de la posibilidad de convertirse en padres. Con el humor presente en todo momento y el uso preciso de los gags, se logró sostener el juego y la tensión entre ellos.

Respecto a las interpretaciones, cada actor, desde su espacio, pudo construir una realidad creíble, notándose este detalle desde sus caracterizaciones hasta los elementos de utilería. Asimismo, los dos mantuvieron el control y agilidad en ritmo de la propuesta, resolviendo correctamente en cada una de sus intervenciones.

Game over fue una entretenida y picante comedia, que sin caer en el chiste fácil ni en los excesos, puso sobre la mesa algunas creencias sobre las parejas que podrían parecer incompatibles; sin embargo, en este juego quedó demostrado que las reglas para el amor no existen.     

Maria Cristina Mory Cárdenas

15 de marzo de 2021

No hay comentarios: