“Ya no hay excusa para no hacer.”
JYOTIS producciones y Espacio Teatro Esencia se alistan para
presentar un díptico virtual llamado Bye Bye, Amor, compuesto por dos microobras
que tienen en común una particular mirada hacia aquel necesario sentimiento que
acaso nos vuelve más humanos. Estos das puestas en línea llevan por título El
beso de Afrodita, escrita y dirigida por Jorge Pecho y La cita perfecta,
escrita y dirigida por Gerardo Fernández. Oficio Crítico conversó con ambos autores directores, además
de los actores que participan en dichas microobras: Gessy Cochachi, Luis Golding y
Jonathan Oliveros.
Jóvenes valores
Gessy Cochachi es la protagonista de La cita perfecta, al
lado de Jonathan Oliveros. Ella ha estudiado con reconocidos profesores del
Centro de Fomación Aranwa, como Janncarlo Torrese y Renato Medina-Vasallo, así
como los maestros Celeste Viale y Jorge “Coco” Chiarella. “De Coco rescato su
experiencia, tiene cada historia y él recuerda todos los hechos que ha pasado,
dentro de su aprendizaje, de su experiencia, tiene recomendaciones puntuales y
es lo que me encanta”. Además, asegura que Viale es mucho más directa y le
interesaría llevar un taller de monólogos con ella. “Ahora estoy con Daniel Dillon,
él es como mi coach,” comenta Gessy, quien tiene ya en mente varios proyectos.
“Como actriz, sigo estando en formación, sigo preparándome, aprendiendo y eso
me encanta; sé que en algún momento voy a poder enseñar a otros.”
Lamentablemente, su taller con Leonardo Torres Vilar quedó en stand by por la
pandemia y deberá esperar hasta el siguiente año. “La técnica Meisner (del
Taller) me parece súper interesante, es olvidarte del objetivo, solo que te
afecte el otro; justo estoy llevando un curso con Yoska Lázaro, maestro argentino
de la técnica Meisner.”
Por su parte, Luis Golding, nominado por Oficio Crítico en
2018 por Chami y la Ciudad Dorada y ahora protagonista de El beso de Afrodita,
menciona que ha aprendido mucho más hasta ahora, en la misma práctica, con cada
director con el que trabaja. “Yo diría que el principal ha sido Gerardo
Fernández”, asegura. “Él tiene una forma de dirección muy particular, que
de verdad me ha llevado a crecer un montón, a descubrir mucho este tema de
actuar, con la técnica y con su dirección siempre muy acertada, me derriba mis
ideas para cuestionarlas y para llegar a acuerdos interesantes”. Luis ha
trabajado con la directora Sofía Rebata y hace poco, intervino en el musical
Sin tu permiso, con canciones originales y dirección de Ken Berrospi. “Fue
súper interesante, muy diferente a todo lo que estaba acostumbrado hacer.” ¿Es
diferente actuar en un proyecto virtual? “Para Chami en formato online fue
interesante ver cómo los personajes se enriquecían un montón y mutaban en el
proceso y hasta la misma propuesta se enriqueció un montón.” Luis rescata el
aprendizaje que significa sacar adelante un proyecto virtual. “No solamente
somos actores, somos camarógrafos, escenógrafos, ayudantes de iluminación; son
un montón de detalles que tenemos que entender para presentar una obra en lo
virtual, y eso es algo súper interesante, porque nos enriquece un montón.”
Cambio de planes por pandemia
La crisis sanitaria obligó a toda la comunidad teatral a
replantear todos sus proyectos programados a inicios del año. Actor y director,
Jonathan Oliveros (nominado por Oficio Crítico el año pasado por su destacada
participación en La loca del Frente), por ejemplo, tuvo que posponer el
restreno de la mencionada obra, así como espectáculos con sus alumnos de Liberarte,
su escuela para jóvenes con habilidades distintas. “Pero los he ido
desarrollando de manera virtual; bueno, ahora todo el mundo está desde su casa de
manera virtual”, reconoce Jonathan, quien además se define como antitecnológico.
“Pero ahora ya aprendí a hacer Zoom y a manejar todas las herramientas
virtuales que nos sirven hoy, porque tenemos que aprender hasta que volvamos a la
normalidad.” Jonathan viene trabajando con total libertad sus propias
producciones de corte virtual con su compañía de comedias. “Voy a sacar a fines
de noviembre un proyecto con los chicos de Liberarte, que sería su primera obra
de teatro virtual; estamos replanteando todo.” Agradece, además, el haber sido
convocado para actuar en La cita perfecta con Gessy y ser dirigido por Gerardo.
“Este trabajo está muy bacán, es una cita perfecta que no se pueden perder.”
Para Gerardo Fernández, ganador del premio del Jurado de Oficio Crítico en el 2018 por su labor de dirección en Chami y la Ciudad Dorada, el cierre de los teatros significó
también un cambio radical de planes. “Teníamos un proyecto justamente con Jorge
(Pecho), una obra llamada Eternos, que también tenía que ver con la mitología;
pero en esta codirección que estábamos haciendo siempre diré que el señor Pecho
es un caballero y yo soy la bestia.” Ese proyecto quedó trunco, así como el
reestreno de su musical Anastasia, que presentara originalmente en 2017. “Pero
creo que las cosas suceden por algo,” reflexiona Gerardo, quien no perdió
tiempo para actualizarse y adaptarse a los nuevos formatos. “El teatro
presencial es maravilloso, lo extraño; es más, me duele, porque pago todos los
meses un alquiler por mi sala de teatro.” Sin embargo, reconoce que tiene
beneficios, como por ejemplo, el que le permite llegar a lugares a donde no
había llegado antes. “Pudimos llevar a Chami a Chile y la sintieron con mucha
fuerza.”
“Te soy sincero: yo había dicho que no iba a hacer nada este
año,” confiesa Gerardo. “Pero como soy un salvaje, me desperté un día y dije que
voy a hacer teatro, quiero hacer esta obra, La cita perfecta, que la tenía ya
escrita un buen tiempo.” Con su buen amigo y partner Jorge Pecho, decide sacar
adelante un proyecto con su propia obra, acompañada por otra de Jorge, y con un
elenco que incluye además a la actriz Liz Roggero. “Y aquí estamos, a puertas
de estrenar, volviéndonos locos con el tiempo, pero también nos ponemos a
pensar que es una realidad nueva; los montajes están quedando muy bacanes, y lo
digo no porque los hayamos escrito nosotros, además los chicos le están
poniendo mucho de lo suyo, para darles el toque perfecto que va a hacer que la
gente salga preguntándose cosas, porque esa es la idea principal: que uno se
haga preguntas”.
¿Será la cita perfecta?
En La cita perfecta, un hombre y una mujer narrarán sus
propias historias, desde sus respectivos puntos de vista, imaginando el día en
el que llegue la pareja ideal. “Mi personaje se llama Ella,” cuenta Gessy.
“Y representa a muchas mujeres que de alguna forma nos conformamos con las cosas
que miramos, con el qué dirán, con lo que la sociedad nos dice sí está bien o
mal, o el ¡Apúrate, te estás quedando soltera!” En la pieza se tocarán los
típicos temores que aquejan a un gran número de mujeres, como que “se te está
pasando el tren” o si solo podrá ser feliz quien sea esposa y tenga hijos.
“Ella es una persona insegura, está en dependencia del qué dirán; pero en
cuanto a características positivas, pues es una persona muy alegre, le gusta
llevar una vida social, es por eso es que va a un bar y ahí es donde suceden algunas
cosas, pero que tienen que verlas en la obra, así que no puedo decir más.”
Gerardo, como autor y director, agrega que La cita perfecta
trata sobre la necesidad de encontrar a alguien que se identifique con aquellas
etiquetas que nos inculcaron desde pequeños. “Cuando eres niño o niña, llega el
momento en que te dirán que de grande te casarás y tendrás hijitos, pero ¿por
qué tiene que ser eso así?” En esta sociedad, convivimos sin duda con estereotipos
ya preestablecidos. “Y aparecen las ideas de lo que debes hacer cuando te encuentras
con ese sueño, y ese sueño te dice: Ven, siéntate a mi lado. ¿Qué haces? ¿Hasta
dónde estás dispuesto a llegar para que ese sueño no se te vaya? Porque lo has
esperado toda tu vida. De eso se trata La cita perfecta.”
Mitos actuales
La mismísima diosa Afrodita y un pintor muy particular son
los personajes de El beso de Afrodita, escrita y dirigida por Jorge Pecho. “Para
mí, la mitología muy importante,” afirma Jorge, creador también del ciclo de
proyectos virtuales Cuentos para apreciar la muerte. “Siento que nos hemos
desligado del pasado y creo que es necesario mirar atrás siempre, para analizar
lo que no se hizo, lo que se hizo bien, lo que se hizo mal y aprender sobre eso.”
Es cierto que antes que existieran las escuelas y colegios, los seres humanos
aprendían de las enseñanzas de fábulas y leyendas. “Me gusta mucho la esencia
de lo que son los mitos, y transformarlos en algo cotidiano.” En la obra, el
pintor deberá tomar una decisión: recibir el beso de amor de Afrodita para
volver a nacer en el mundo humano o rechazarlo, eliminado así su existencia.
Para Luis Golding, este personaje del pintor es súper
complejo. “Tiene un nivel de carga emocional bastante fuerte, de muchísimo
tiempo, de muchísimos años y que justamente son los años que lo han llevado a
tener ese concepto que él tiene sobre el amor.” Añade que este personaje es
como tantos otros que han sido incomprendidos, que no concuerdan con ese
concepto preestablecido del amor ideal. “Lo ha llevado a una apatía y un desánimo
increíble y en el proceso, llega a descubrir cosas que lo deja perplejo; así
como dice Gerardo, es un proceso de eliminar etiquetas, no solo del amor, sino
del papel que la mujer tiene dentro del amor.” Luis comparte el proyecto
virtual con Liz Roggero, asegurando que el resultado lucirá súper interesante y
se creará magia en la pantalla.
Jorge no cree que todos los personajes que viene creando
sean necesariamente complejos. “Pareciera que el conflicto es enorme, porque tenemos a este
pintor que va a tener una conversación con la mismísima diosa del amor, Afrodita,”
reflexiona. “Pero al final, yo lo veo como una conversación entre una persona que
dice que hay que creer en el amor y otra, que no lo cree; el detalle es que este
tipo de obras que plantea un conflicto tan simple, que sucede en el día a día
entre nosotros, necesitas verlo en una situación épica, para darle el debido
peso.” Jorge asegura que escribe para que la gente le vuelva a dar importancia
a los sentimientos. “Y es porque en un mundo tan globalizado como este, no te
permite tomar un tiempo de reflexión; estamos en una época donde es tan fácil
insultar, en el que cuando algo se rompe, lo botas y te compras algo nuevo, y ya
no nos tomamos la delicadeza de poder ver el sentimiento; por eso pienso que no
escribo personajes complejos, escribo personajes humanos y el humano es
complejo.” Al igual que La cita perfecta, El beso de Afrodita aborda directamente los estereotipos a los que ha sido sometida la mujer por décadas. “Esta
obra ataca dos puntos fundamentales: uno, realmente qué es el amor; y dos, que
los estereotipos solo sirven para envenenarnos,” afirma.
Nuevas tecnologías, nuevos canales
Puestos a prueba todos los artistas escénicos en estos días,
no hay tiempo para detenerse y analizar este nuevo formato en línea en donde
presentar sus trabajos. “Es un poco complejo denominar si estamos haciendo teatro
o no a través de una pantalla,” comenta Jonathan. “Además, tenemos el peor
internet de Latinoamérica, pero hay que sobrevivir ante ello; igual para mí
sigue siendo una expresión artística, solo que no tenemos el público enfrente,
pero nosotros sabemos que detrás de esa pantalla está el público, conectado
igual, solamente que no lo podemos percibir.” Jonathan no puede asegurar si es
teatro o cine o televisión, pero que sí es efectivamente una expresión
diferente y nueva. “Pero lo que sí te puedo decir es que en todas las cosas que
hagamos (o que hago yo personalmente) trato de mantener la teatralidad, porque
eso hace que mi trabajo como artista, como actor, se mantenga vivo y pueda no
ser tan frío el trabajo final.”
Gerardo afirma, por su parte, que se trata de un híbrido que
tiene armas de teatro, de televisión y de tecnología. “Pero cada expresión que
ha aparecido a largo de la historia nos lleva a preguntarnos que si no te
actualizas, te mueres; el mundo sigue avanzando, sigue girando, con pandemia o sin
pandemia, no se detiene; si uno quiere ser ortodoxo, entonces corres el riesgo
de desaparecer.” La única salida es por supuesto, la constante actualización y
modernización de los medios que contamos. “Como ejemplo, esto sería como el
matrimonio, porque la religión no permite el matrimonio entre homosexuales,
entonces se crea la Unión Civil; eso estamos haciendo ahora: estamos buscando
que la gente sea feliz, que esto sea manejable, entonces es mejor hacer la Unión
Civil a no hacer nada, estamos haciendo la Unión Civil del Teatro.”
Cuando se vuelvan a abrir los teatros de manera presencial,
¿qué pasará con este nuevo formato virtual para el elenco de Bye Bye, Amor? Gessy
menciona que intentaría combinar ambos estilos; mientras que Luis asegura que
la adaptación a esta nueva realidad virtual ha sido tan positiva, que sería
absurdo dejarla atrás. “El teatro presencial tiene que volver,” sentencia
Jorge. “Pero esta plataforma es ideal, porque a veces por falta de dinero,
muchos proyectos no pueden llegar al teatro presencial, ya que todos sabemos lo
que cuesta sacar una obra presencial y creo que esta es una forma correcta de
dar visibilidad a los autores y directores que no tienen posibilidades
económicas.” Jorge afirma que de tener una nueva obra, la estrenará primero de
modo virtual. “Para que la gente la sienta, porque se ha comprobado que la
gente puede llegar a sentir el teatro virtual; siento que ya no hay excusa para
no hacer, para dejar textos en el baúl, ahora ya estamos hablamos de una nueva
forma de presentación.”
Añade Gerardo que usaría para sus futuros proyectos una
mixtura de ambos formatos. “Lo virtual me permite llegar a mucha gente, a
muchos lugares que tal vez con el presencial no me permita llegar.” Advierte
como un buen negocio el de crear una aplicación que sirva exclusivamente para
la transmisión de proyectos escénicos en línea. “Se hace millonario, eso está
clarísimo; nosotros estamos usando el Zoom y nos adaptamos a sus limitaciones, pero
sí se abre otra aplicación en la que no tuvieras interferencia, el creador se
hace millonario, estoy plenamente convencido de eso; este formato ya se sabe
que funciona y ha venido para quedarse.” Bye Bye, Amor promete dos espectáculos
llenos de amor, ilusión y humor, adaptados a nuestra nueva realidad virtual. “El
público siempre se va a llevar algo,” comenta Gessy. “Se va a identificar con algún
recuerdo, con alguna escena, porque son historias que a cualquiera le puede
suceder.”
Sergio Velarde
16 de noviembre de 2020
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