Buena energía y conexión: aspectos que pueden “salvar” una escena
¿Recuerdas la vez en la que se te declaró
esa personita favorita tuya? Tal vez tenías quince, veinte o treinta. Tal vez,
fue después del colegio, universidad, trabajo o tu tercera cita. Tal vez, él o
ella no recuerdan esa fecha muy importante, y entiéndelo. En serio, entiéndelo.
La cuestión es que también sentiste esas maripositas en el estómago. Y te
comprendo. Todos lo hemos experimentado alguna vez. Pero -también odio los “peros” en este tipo de historias,
créeme- como dice el Cantante de los
Cantantes, Héctor Lavoe, “Nada dura
para siempre… todo tiene su final”, termina esa historia que construyeron.
Ahora, digamos que por esas cosas excepcionales que tiene la vida, no terminas
odiándolo u odiándola. Sino que son amigos. Se hablan como si no hubiese pasado
nada. Todo queda olvidado ya. Aunque solo tú sabes que eso no es cierto. Pues
tienes esa necesidad de confesar todo lo que piensas, pero sin afrontar las
consecuencias.
Así es la situación dramática de Paola,
personaje de la obra teatral Drogadxs de
amor, presentado por Plot Box Producciones. El proyecto está dirigido por
Marcos García-Tizón y escrito por María Paula del Olmo. Además, cuenta con las
interpretaciones de Poly Ávila y Urías Santillán; y fue presentada en vivo a
través de YouTube.
La acción dramática acontece en la
plataforma de interacción entre los personajes Paola y Gato. Por otro lado,
cada personaje se encuentra en sus respectivas habitaciones. Ella intenta comunicarse
con él a través de una videollamada: lo logra. Así, esta obra dramática posee
un espacio virtual y dos reales, que el espectador puede visualizar claramente.
A nivel interpretativo, el actor y la
actriz jugaban con el parlamento. Pues se daban el permiso de añadir textos de
sus vidas personales. Había un momento en el que Gato toma el sustantivo
“Poly”, nombre de la actriz que interpreta al personaje Paola, por ejemplo. Sin
embargo, también existían momentos en la que la acción de algunos parlamentos
no presentaba un objetivo claro. Aunque el conflicto perduraba en gran porción
de la obra. Por otra parte, existían momentos de los personajes que no
pertenecían al espectáculo. En ese sentido, Paola pierde el acento argentino en
algunas partes de la obra; y Gato trata de evidenciar sus calcetines rotos.
Esto sin ninguna acción específica en ambos casos. Sin embargo, pasó
desapercibido por la energía y conexión que poseían los intérpretes: rescatable
en ese aspecto.
Es aplaudible cuando en un proyecto teatral-audiovisual
se trata de contar de otra manera un segmento de la historia. Pero también es conveniente
ser responsable si ese fragmento no toma la forma esperada. Este es el caso de
la unidad en la que Gato sube a su Instagram un video de la sorpresa de Poly.
Aquí hubo un desfase a nivel vocal y corporal. Pues Gato comunicaba otra cosa
respecto a la publicación del personaje en esa red social. Además, esa misma
publicación reapareció en la historia cuando esta no lo ameritaba.
En resumen, Drogadxs de amor es una obra que posee una buena trama, pero el
hecho teatral aún necesita algunos ajustes. Eso no quita el hecho de que sea
entretenida.
Elio Rodríguez
3 de noviembre de 2020
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