“Hay que mirar hacia adelante.”
La incansable Asociación Cultural Kapchiy estrena su última
temporada virtual de este año, a través de la aplicación Zoom. Son seis
microobras de diversas temáticas, bajo el título de Reconectando, las que cuentan con un elenco de jóvenes actores.
Oficio Crítico conversó con tres de ellos: Valentina Zelada, quien actúa en Nigeru; y Alonso Garcia y Gabriel Rondon,
en Dos actores se confiesan.
Aprendizajes y
contexto virtual
Gabriel menciona a Norka Ramírez y Pold Gastello como parte
importante de su formación actoral. “He
llevado otros talleres, pero ellos fueron los primeros,” comenta. “Con Pold nunca he trabajado, a pesar de
haber compartido grabaciones en la misma serie (“De vuelta al barrio”) nunca
tuvimos escena juntos; sin embargo, como profesor es muy directo, muy empático,
muy sincero, que es en realidad lo que se necesita un profesor, tiene que
decirte cuando haces las cosas bien y también criticarte cuando las haces mal; eso
te impulsa a tomar esas correcciones y mejorar.” De otro lado, Valentina
recuerda con mucho cariño a su primer profesor de Teatro en su colegio. “Diego Alonso fue la persona que me impulsó
a actuar, fue mi profesor de colegio que todos hemos tenido en común, fue el
primer profesor que creyó en mí y eso te marca,” reflexiona. Actualmente,
ella es alumna de David Carrillo, a quien considera como el maestro que la ha
ayudado a crecer como actriz. “David es
un súper profesor, súper buen maestro y lo recomiendo, porque más allá de lo
que te enseña, como la técnica de actuar en teatro, sus clases son como una
terapia, es súper ameno, muy bacán y es súper sana la manera en que enseña.”
Por su parte, Alonso tuvo como maestros de actuación a los
destacados Roberto Ángeles y Leonardo Torres Vilar. “A Leonardo lo he tenido como profesor, como director de obra
profesional y como compañero de elenco”, comenta. “La primera obra profesional que hice fue El verano pasado de Chumilsk y estuve haciendo la reposición por los diez
años de Respira con Roberto como
director y Leonardo en el elenco; fue un proyecto al que le guardo mucho cariño.”
A inicios del año, Alonso participó en la puesta de Mañana me caso, con la dirección de Torres Vilar, pero solo estuvo
dos semanas, puesto que por la pandemia el espectáculo quedó en stand-by.
Justamente, esta pandemia que atravesamos ha cambiado por
completo las formas de hacer teatro y las comparaciones con el formato virtual
son abismales. “Para mí, el contacto con
el público es la diferencia entre el teatro presidencial y el virtual,”
afirma Alonso. “Cuando estaba en teatro
presencial, en un escenario, con un aforo lleno o a la mitad o al 25% se sentía
su energía, ¡es otra cosa! Es increíble cómo te retroalimenta su mera presencia.”
De hecho, los actores saben que en el formato virtual hay personas mirando por
sus pantallas. “Es un poquito distinto y
bueno, también es un código al que hay que adaptarse.” Gabriel agrega que
todo lo que la comunidad teatral está haciendo es un nuevo reto para todos. “Primero, porque nadie pensaba que esto iba
a suceder; y porque siempre uno tiene que buscar la manera de sacar adelante un
proyecto y esta es la nueva alternativa que ha surgido ante esto.”
“Es difícil, nos estamos
adaptando con los ensayos,” comenta Gabriel. “Con Alonso, uno de los principales problemas que tuvimos al inicio y que
hemos sabido arreglar con Renato (Piaggio, el director) es el tema de la
latencia del internet.” Cuando las redes están saturadas, siempre existe el
riesgo que se caiga la señal. “Imagina
que suceda en plena función, nos da un paro cardíaco y creo que esa es la
principal preocupación que tenemos todos.” Valentina añade que la conexión
de internet influye también mucho en la que se forma entre los actores. “Eso no ocurría cuando estábamos en escena,
cuando algún compañero se olvidaba la letra o se quedaba en blanco o le pasaba
algo fuera del libreto, tú misma tenías que ver cómo resolverlo.”
Gabriel asevera que esta nueva condición virtual cambia
mucho la manera física con la cual relacionarse con el compañero actor. “Lo intentamos manejar mediante el contacto
visual, ya que en escenas fuertes me nacería de repente darle a mi compañero un
abrazo o una palmada en la espalda, todo eso ya no se puede hacer, sí creo que
es complicado.” Valentina sí menciona aspectos positivos de esta nueva
situación. “Ya no tienes que levantarte tan
temprano para ir hasta el lugar donde ensayas, ahorras tiempo y evitas el
tráfico; trato de siempre de ver las cosas positivas.” Ella asegura que
definitivamente lo que se está haciendo no es teatro. “Nunca va a ser teatro, son cosas completamente diferentes, pero que
tienen algunas cosas en común, como la energía del público, que ahora se siente
de manera distinta pero que está allí, eso me gusta.”
Los microuniversos del último Reconectando del año
En Dos actores se confiesan, escrita por Paris Pesantes
y dirigida por Piaggio, dos jóvenes intérpretes recuerdan, juegan y reflexionan
acerca de la dura labor que tienen como artistas. “Mi personaje es el Actor 1”, comenta Alonso. “Y junto a Gabriel, que es el Actor 2, son dos jóvenes que le narran al
público literalmente cuál es el viaje de un joven que quiere empezar a actuar,
desde matricularse en los primeros talleres de actuación.” La temática del
texto le permitirá al público enterarse de los pormenores de la carrera
actoral. “El texto fluye tan bonito, es
un gran trabajo de París (Pesantes), que le muestra a la gente que quizá no
conoce el día a día de los actores.” Es decir, para Alonso, aquellos
actores que vean la obra se sentirán plenamente identificados. “Porque un 80% de las cosas que están en el
texto les ha pasado y nos ha pasado, por lo tanto, ese fue un gran primer paso
para conectarme con la obra, ya que me han pasado muchas cosas que también le
han pasado al Actor 1.”
Añade Gabriel que estos dos actores, que Alonso y él mismo
interpretan, son dos personajes completamente diferentes, con dos
personalidades completamente distintas. “Es
una obra que lleva mucha comedia, mucha verdad, pero también tiene muchos altos
y bajos y es muy bacán, porque está fluyendo muy bien en los ensayos.” Gabriel
alaba el trabajo de su compañero en escena virtual. “Alonso es un tremendo actor, para mí es un gusto poder trabajar con él
y al final, las cosas están complementándose bastante bien, todo está fluyendo
todo muy bien.” Al igual que Alonso, Gabriel está plenamente convencido que
sus colegas intérpretes encontrarán muchas situaciones muy conocidas para
ellos. “Pero también los que no son
actores o los que recién se están iniciando como actores van a tener ahora una
idea de lo que es todo el proceso; es una micro obra que le va a gustar a todo
el mundo, yo me siento muy contento, me divierto mucho con las escenas, hay
bastantes situaciones divertidas y a la gente le va a gustar.”
Por otro lado, Nigeru
es el nombre de la pieza en la que participa Valentina, escrita por Federico
Abrill, dirigida por Javier Deza y en la que le acompaña el actor Jorge
Bardales. “Mi personaje se llama “Ella” y
me gusta mucho que se llame así,” asegura Valentina. “Así como mis compañeros actores de su obra, cualquiera de nosotros
puede ser esa persona; en mi caso, es una historia que le puede pasar y que le
puede haber pasado a muchas mujeres, por eso me gusta.” Una mujer huye de
Lima para poder empezar una nueva vida en Tokyo; sin embargo, en el
departamento de un amigo, un espectro aparece para dar señal a un presagio
inevitable. “Nigeru significa “Huye” en
japonés y no puedo decir mucho, porque quiero que la vean: es una obra del
género thriller con mucho suspenso.”
La temporada de Reconectando incluye además, otras cuatro microobras con temáticas variadas e interesantes: 3 2 1, ¿estás ahí? de Pesantes y dirigida por Alejandro Legaspi; Super Wash, también de Pesantes, con la dirección de Piaggio; Piscina de Federico Abrill, dirigida por Javier Deza; y La obra que tengo que escribir, también de Abrill y con la dirección de Piaggio.
¿Cómo podemos llamar a este nuevo formato que se encuentra
en plena exploración por los artistas escénicos? “Se trata de una especie de híbrido,” comenta Alonso. “Aunque hace poco hubo un conversatorio con los
grandes maestros de actuación y justo salió esta pregunta: ¿Qué es esto? Todos
coincidieron que a estas alturas no hay que encontrarle un nombre, no tiene sentido,
simplemente ha aparecido, es un nuevo medio, mantengámoslo como tal y terminará
conviviendo con nosotros cuando todo esto pase.” Gabriel, por su parte,
añade que a lo largo de la historia se han ido creando diversas alternativas y
conceptos sobre el original. “Es
básicamente una alternativa al teatro, porque a la larga cuando se vuelva a
reactivar el presencial, también existirá el virtual.” Valentina sostiene
que un nuevo género ha nacido y que si bien no es teatro, todos lo llaman “Teatro
virtual” hasta que Wikipedia lo bautice. “Es
otra corriente, otro género, es bacán y me gusta mucho hacerlo y verlo.”
Para Gabriel, no hay tiempo para lamentos. “Si
no podemos ir al teatro, no nos vamos a estancar, hay que avanzar, hay que
mirar hacia adelante y trabajar con lo que tenemos a la mano,” finaliza.
Sergio Velarde
6 de noviembre de 2020
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