martes, 3 de noviembre de 2020

Crítica: CARDUMEN


Impro Testimonial

La espera con música soul y hip hop instrumental daba la sensación de ver algo con mucho contenido. Es de tener en cuenta que Cardumen es resultado de un taller montaje y que por lo tanto, los participantes no son actores profesionales, sino jóvenes con un interés en la actuación. Participaron Héctor Tuesta, Natalia Córdova, Isaac Suarez, Alessandra Nadal, Carla Armas, Alonso Reyna y la dirección estuvo a cargo de Luis Ausejo.

El espectáculo empieza con el pie izquierdo: pidiendo la participación del público. Pidieron una palabra para empezar a improvisar; lo más extraño es que no las usaron, pues la historia giraba en torno al amor. Los personajes fueron construcciones muy generales y a veces, incomodaba los diálogos con reflexiones cursis sobre el amor, aunque en otros momentos resultaban graciosas.

Las escenas eran ambientadas con fondos de pantalla de la playa, el parquet, un apartamento. Era muy estrambótico por momentos, pues parecían sacados de Google Imágenes; sin embargo, es solo un detalle. Hubo una escena en que besan la pantalla, que fue más simpática que romántica. La historia no tenía un conflicto claro, pues abordaba un amor lésbico imposible y al mismo tiempo, un viaje a Oxford y a Disney. Por momentos, parecía que uno no estaba viendo una improvisación, sino un parlamento con una historia estudiada, actoralmente hablando.

La historia era prometedora, definitivamente no era un montaje para una improvisación. Sinceramente me parecía estar viendo un resumen de la telenovela noventera Carmín, pero con conflictos más actuales de jóvenes clasemedieros de Lima. Aunque me cautivó el final; pienso que con un conflicto más concreto puede salir algo interesante.

La mejor actuación definitivamente fue la de Nadal; el resto fue interesante para no tratarse de actores. Es de destacar el esfuerzo, pero no cautivó. Los actores trataban de emocionar, pero no podían. Lo más resaltante del montaje fue la canción del final sobre el amor. Estéticamente hablando, la vestimenta fue ropa casual, así como la utilería. Este aspecto sí que fue poco atractivo del montaje. Me hubiese gustado ver algo más atractivo.

Cardumen es estrenado por segunda vez, pues la primera fue al inicio de este año justo antes de la pandemia. Es un espectáculo de jóvenes de un taller montaje que les gusta aprender. Muy simpático, aunque pudo ser más.

Enrique Pacheco

3 de noviembre de 2020

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