CatarTerapia grupal escénica
Función 13/07/2019
Monstruos es dirigida por Armando Machuca
en el teatro Mario Vargas Llosa de la Biblioteca Nacional del Perú, sede San
Borja.
La puesta en escena en el plano estético es
un gran acierto del director, muy bien trabajada y funcional. Los elementos plásticos
cobran diversas vidas al ser manipulados por los actores quienes adaptan,
metaforizan y camuflan telas, varas, sillas, entre otras cosas, para
convertirse divergentemente en nuevas estructuras. El ecran no se queda atrás,
es un narrador más; la Vía Láctea con todo el plano astral es mostrado allí
para co-narrar la historia del Minotauro, pedagógicamente muy magistral. Es una
demostración de cómo se debe usar correctamente la tecnología al servicio de un
producto escénico.
La estructura dramática es “sui generis”,
porque después de cada historia del mito aparece Echevarría, en el rol de
narrador para entrelazar las escenas posteriores y tener una unidad dramática
de toda esta propuesta; si bien es cierto que cada escena aislada podría
funcionar como un montaje de microteatro, pero, según la propuesta, es
necesario que el protagonista deba estar siempre, en sus tres roles: narrador,
actoral y psicológico; esta trilogía de profesiones saturan la puesta a partir
de la mitad del montaje.
La actuación del elenco es muy plana y
sencilla; el montaje aquí pierde, porque el “cliché” actoral se hace presente,
sobre todo al final de la escena donde la única actriz asume el rol de narrador
y Echevarría, en actor, mostrando un nivel actoral “farsesco”, entorpecido por
el micrófono. Los demás actantes funcionan “lightmente” en su rol, porque la
sobreexposición escénica del protagonista, casi anula el crecimiento de ellos.
El músico realiza un gran trabajo, preciso para crear lenguajes sonoros tanto
de música como sonoplastía.
El público abre la puerta para dejar salir
sus monstruos internos que todos tenemos, algunos de estos miedos son usados
por el psicólogo para hacer terapia grupal escénica y desarrollar la CatarTerapia, donde como buenos pacientes atentamente escuchamos y muy
tímidamente respondemos, sobre lo que se esconde interiormente y vemos cómo es
usado para llegar al final de la obra, donde dejando el rol de psicólogo, se
convierte en un nuevo rol: ejecutivo de ventas, que ofrece su libro para ser
adquirido a la salida del teatro.
La acogida del público podría deberse a la
falta de interés de la salud pública en este país y en este montaje, se expone
esa deficiencia que todos tenemos, usando metafóricamente y recontextualizando
la historia del Minotauro con la incapacidad e involución de nuestra conducta
humana.
Dra. Fer Flores
14 de julio de 2019
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