miércoles, 1 de agosto de 2018

Colaboración regional: FAE CUSCO 2018


Teatro en la Ciudad Imperial

Del 12 al 20 de julio se desarrolló en Cusco el 5to Festival de Artes Escénicas Phanchiriyninchis 2018, teniendo como uno de sus principales objetivos el de difundir las creaciones escénicas locales y nacionales. Este festival tuvo una gran orientación hacia el teatro, poniendo en escena diecisiete obras de teatro  de diferentes estilos, estéticas y trayectoria. Las puestas solo fueron de Cusco y Lima, lamentablemente no hubo presencia de otras regiones, lo cual le  hubiera dado una visión más nacional al festival, tal como lo apuntan en sus objetivos.

Hay momentos en el oficio que se vuelven hitos en la memoria y una referencia cuando uno evoca a los  maestros;  uno de estos instantes se dio en el Teatro Municipal de Cusco, cuando se presentó Edgar Guillén con su unipersonal “Ricardo III”: ver al maestro con más 60 años en el oficio (con 80 años de edad) a 3,300 metros sobre el nivel del mar, con una voz limpia, con un cuerpo claro, con acciones definidas, tomando el espacio haciendo una magna representación del último monarca de la Casa de York, fue una clase maestra sobre el oficio, sobre la vida y un verdadero privilegio para los presentes esa noche. Después de la obra se hizo un merecido homenaje al maestro Guillén. Así también se homenajeó a Hugo Bonet, como acto final del festival.

De  Lima llegaron  a presentarnos su arte diversos grupos; entre ellos, Espacio Libre, con “Ratsodia, oda para curar el insomnio”, sobre dos ratas que actualizan su discurso y nos llaman a la reflexión; el grupo Chaski Q´enti, con la obra “Mujeres de Anta”, bella puesta que nos dio el placer de ver a la maestra Débora Correa en escena; al Colectivo Escénico Angel Demonio, con “Curandero”, que nos da su versión de una “limpia” escénica donde vemos códigos de la cultura chicha representada y transformada; Integro Teatro, con “SPIRALA”, obra multidisciplinaria que puede gustar o no, pero muestra una estética desarrollada a través del tiempo por el grupo.

Entre los representantes de Cusco podemos mencionar a la obra “Cuando suenan los jiwayros”, a cargo de la Asociación cultural Q´ente, escenificación que nos llama a la memoria; Ikaro teatro, con “Frida Kahlo viva la vida”, que nos da un encuentro con Frida; Grupo Darte, con “Los Amarus”, donde nos cuentan historias para volar, para soñar; Teatro del vacío, con “Máquina Hamlet”, una furiosa representación que quiere despertar la memoria; Teatro Laboratorio Cusco, con “5 metros de poesía”, basada en la obra poética de Oquendo de Amat; Intruso teatro, con “Noche Oscura del Cuerpo”, un viaje por la obra de Jorge Eduardo Eielson, entre otros artistas.

Un momento que vale la pena mencionar es la llegada de la actriz cusqueña Anahí Araoz –La viajera del sur- al Centro de Rehabilitación de Menores Marcavalle; después de pasar por los controles de ley, escoltada por los guardias que con la mayor amabilidad que pueden tener unos guardias de este centro de rehabilitación, la llevan al comedor, que en esta ocasión servirá de un teatro improvisado; se ponen dos parantes, cuatro tachos led que no alumbran, pues es de mañana y el sol cusqueño inclemente se filtra por todas las ventanas, se coloca un proyector cuya proyección es lavada por el mismo sol que se filtra por las mismas ventanas. Todo esto no importa para Anahí: hay más de cien adolescentes que con ilusión de niños esperan ver, escuchar, quizás para no marchar en el patio como otros compañeros lo hacen en ese momento, o solo para respirar otro aire: un aire con olor a libertad. Ahí está Anahí, una guerrera del oficio que como dicen los maestros, aprieta el centro y va adelante pues como el colibrí, hay que hacer nuestra parte en este mundo.

Es muy bueno que el Ministerio de Cultura promueva manifestaciones culturales como este festival de artes escénicas y que en este Ministerio existan personas que impulsen, desde dentro, el desarrollo cultural; pero también no podemos quedarnos con ese sinsabor de decir que al menos se hizo, cuando es visible que la organización está entrampada en pasos burocráticos que entorpecen y diluyen los objetivos alcanzados con actividades como esta. No es solo hacerlo, es que este hacer llegue a la perfección y poder ser en algún momento un referente y que todos disfrutemos del oficio y del placer de reunirnos, de vernos.

Miguel Gutti Brugman
Cusco, 1° de agosto 2018

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