jueves, 19 de julio de 2018

Crítica: EL DIARIO DE ANA FRANK

Entrañable homenaje a la libertad

El 2015 fue el año teatral de Patricia Barreto, joven actriz que se llevó por derecho propio todos los premios de actuación (en realidad, todos menos uno) y el unánime aplauso de público y crítica por su magistral interpretación en Piaf, pieza inspirada en la vida de la famosa cantante francesa y escrita por la dramaturga británica Pam Gems. De allí en adelante, Barreto solo podía competir consigo misma para siquiera alcanzar la brillantez con la que llevó a cabo su cometido. Hace algunos meses, terminó una nueva temporada, que igualaba a la antes mencionada y en la que nuevamente encarnaba a otro emblemático personaje: se trató de El diario de Ana Frank, obra con texto de los norteamericanos Frances Goodrich y Albert Hackett (cuyo estreno fue en 1955), en la que colaboró otra vez con el experimentado Joaquín Vargas Acosta en la adaptación y dirección, como ya lo hiciera en la notable Piaf.

Acaso el mayor mérito del montaje presentado por la productora VNP en el Teatro Mario Vargas Llosa sea el de haber llevado a escena, sin mayores contratiempos, la esencia de esta obra literaria de importancia capital, escrita por esta muchacha de 13 años: las crueles implicaciones que conlleva una guerra (la invasión nazi a Holanda, en el presente caso) y lo dura que es la vida para aquellos niños y adolescentes que tuvieron la desdicha de atravesarla; pero también que, sin importar las edades, se debe defender nuestras posiciones y creencias, así como ser valientes para enfrentar los problemas y cumplir nuestros sueños. Ana nos enseñó que cada palabra, escrita o hablada, puede convertirse en testimonio de nuestra propia historia; además, ella se convirtió en el símbolo de la paz, la igualdad y la libertad, frente al dolor y tristeza que representa la guerra.

Vargas orquestó un entretenido y conmovedor montaje, con escenografía y vestuario muy cuidados, así como un oportuno uso de proyecciones en video, ya vistas en Piaf o en El Hombre Elefante (2013). Barreto se convirtió en una creíble y enérgica Ana Frank, rodeada de un elenco muy sólido, como los inmejorables Gerardo García Frkovich y Magali Bolivar (como sus padres), la sólida Laura Adrianzén (como su hermana) y los entrañables Ricardo Goldenberg y Lilian Nieto (como la pareja mayor de refugiados). Completaron el reparto  David Carrillo, Gonzalo Tuesta, Minou Adolph y el joven Martín Velásquez, todos ellos impecables. El diario de Ana Frank fue, sin duda, uno de los montajes del año, con un lucimiento actoral parejo de Barreto y elenco, y además, un emotivo canto de esperanza y valentía en favor de la paz.

Sergio Velarde
19 de julio de 2018

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