miércoles, 4 de julio de 2018

Crítica: EVOCACIÓN


Un manuscrito llevado a escena

En su cuarta semana, el Festival de Creación Escénica Contemporánea Sótano 2 presentó Evocación, un proyecto experimental dirigido por Óscar Naters, con la participación de Ana Zavala, Alonso Núñez y Rosamar Corcuera en escena.

Como el propio nombre de este espectáculo alude, evocar significa recordar, es así que inspirándose en el capítulo V del texto quechua del siglo XVI Dioses y hombres de Huarochirí (*importante manuscrito de la literatura quechua que describe mitos, creencias religiosas y tradiciones de los indios de la provincia de Huarochirí), se ha creado una especie de performance que combina el trabajo corporal con una propuesta audiovisual; además, incorpora el trabajo artesanal –ejecutado por los actores-, convirtiéndose en una puesta desafiante para el público.

Evocación es una propuesta evidentemente contemporánea, con sonidos intensos, basada en un pasaje mitológico (el cual es difícil descifrar sin un conocimiento previo del mismo). Sumado a esto, en una parte de la ejecución, se utiliza el audio para describir una situación del manuscrito en quechua –lengua originaria del texto-, dificultando el acoplamiento (para quienes no dominamos el idioma) con un tramo esencial de la puesta. Aunque este detalle es más una observación personal que me hace notar la importancia de conocer nuestras lenguas originarias para conectar mejor con este tipo de propuestas.

Esta forma atípica de performance tiene elementos interesantes, tales como el uso del barro, las proyecciones, los sonidos y la aparente simplicidad, los cuales estimulaban los sentidos del espectador –en especial oído y vista-; sin embargo, no estoy segura si todo en conjunto terminaba de funcionar (pues había que dispersar la atención).

Se trata de una construcción que plantea la relación del hombre con la tierra, la cosmovisión y las creencias religiosas de los pobladores andinos. La acción es ejecutada a través del trabajo manual (se hace uso del barro constantemente, creando al final una figura); ello, amalgamado con el uso de la tecnología. Sin duda, una versión distinta e intensa del performance, que genera inquietud por temas que, siendo mitos o no, nos incumben por ser parte de nuestra cultura. De eso también se trata cuando se está en escena: de abordar desde distintos ángulos una representación que mueva al público y le permita explorar estas nuevas formas de comunicar mediante el arte escénico.

*Buscado en la web

Maria Cristina Mory Cárdenas
4 de julio de 2018

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