“Me dicen que soy una cajita de sorpresas”
“Cristhian
Palomino tiene una capacidad de crear tan rápido buenas obras. Lo conocí como
actor, cuando hicimos Promoción (2015) y desde el primer día me dijo: “Nosotros
tenemos que hacer una obra juntos". Me llamó y me dijo: “Tengo una obra, El último verano, quiero que hagas un personaje que a mí me encanta”. Lo leí y me
enganché en una”, comenta Ana Lucía Pérez, ganadora del premio del público a Mejor actriz de reparto en Drama por Oficio
Crítico 2017. La puesta en escena le permitió al público ver a Ana
Lucía en diferentes papeles, lo que demostró una vez más la capacidad de juego
que posee en escena. “Estudié teatro
desde los 17 años en Diez Talentos. Mi
mamá viendo un programa de televisión, encontró el taller de Bruno Odar y me
dijo: “Vamos al casting mañana mismo”. Fui, hice el casting y pasé”.
Ana Lucía estudió con Bruno Odar cuando
estaba asociado con Alberto Ísola. Ella confiesa que repitió un nivel de dicho
taller, “porque Bruno quería que creyera
que soy una buena actriz. Siempre he sido tímida, me minimizaba mucho, no me la
creía. Hasta ahora soy súper tímida (ríe)”. Ella nos cuenta que desde
pequeña le ha gustado la danza contemporánea y el ballet. “A los 19 años tomé danza contemporánea y a
los 21 años, ballet. Amo la improvisación de danza, expresar lo que siento a
través de mis movimientos”. Agrega que hace dos
años estuvo a punto de dejar el teatro, pero “había un bichito que me decía que no podía dejarlo y lo retomé, ya con
más fuerza”.
Primeros
profesores y experiencias
“Yo
entré a un taller a los 9 años por monería, porque a mi hermana le gustaba la
actuación en el colegio. Yo siempre hacía lo que mi hermana hacía: montar
skate, deportes extremos; entró al teatro y yo también. Una vez dentro, quería
seguir en esto”. Ana Lucía comparte su experiencia en su
primer taller de teatro. “Estábamos
presentado la obra y la profesora, con cigarro en mano, me dijo: “Tú no te vas
a poder dedicar al teatro”, “Tú no vas a poder ser una buena actriz”, “No
tienes la voz, no se te escucha”, “Lo máximo que podrás hacer son comerciales,
cosas de tele”. Me di cuenta de que me
chocó tanto, que realmente eso era lo que quería hacer”. Ella recuerda muy
agradecida a los profesores que le tocaron posteriormente. “Bruno fue mi primer profesor y luego, Alberto (Isola). Ellos me han
dado las herramientas para sentirme segura. Bruno fue el que me dijo: “No, tú
eres buena, créetela”. Él y su esposa Julia Ruiz me ayudaron. En un monólogo de
Medea, ella me dijo: “Tienes un
brillo en los ojos único, un brillo en escena bonito, debes seguir en esto”. Por
otro lado, califica a Isola como “el
maestro del teatro“.
Ana Lucía cuenta emocionada su primera
experiencia actoral profesional con Espinas
(2013), escrita por Eduardo Adrianzén y dirigido por Alberto Ísola. “Fue una obra que comenzó como taller
montaje. Alberto nos dijo: “¿Por qué no hacen de esto una temporada?” Esa fue
la primera, en el Mocha Graña y en la Plazuela de las Artes. Le sacamos el jugo a la obra.” Después,
Adrianzén le dijo al grupo que quería escribir una obra especial para ellos.
Así nació Los veranos son cortos
(2014), dirigida por Ximena Arroyo. Luego, intervino en la ya mencionada Promoción de Aldo Miyashiro, una obra
de Vodevil con sus egresados, en el Teatro Auditorio Miraflores. “Entré apoyando al grupo. Aquí conocí a Kathy Serrano, ella siempre escucha la
propuesta de los actores, tiene la decisión como directora de decir si esto va
o no, pero está abierta a las propuestas de sus actores. Eso me ayudó, me
retó”.
Pasadas estas experiencias, Ana Lucía
quiso abandonar el teatro y se fue de viaje. Pero una llamada de la asistente
de casting de una obra la puso en aprietos. “Me
dijo que el casting para Bajo la batalla de Miraflores (2015), en reemplazo de la actriz Valquiria Huerta, era
pasado mañana, y algo me decía que tenía que ir a ese casting”. Ella se
encontraba en Houston y pidió que la esperaran hasta el último día. “Por suerte llegué a subir a un avión y
llegué al casting en la mañanita. Me llamaron unas horas después para decirme
que había sido seleccionada.” Ana Lucía nos cuenta que esta obra, escrita y
dirigida por Paola Vicente, fue una experiencia retadora pues, tratándose de
una reposición en donde ella era la única nueva, tuvo que acoplarse en poco
tiempo a la obra. Fue un esfuerzo que después fue reconocido en el Festival “Santiago
Off” en Chile.
Cualidades
de un actor y director
Ana Lucía nos cuenta que con cada obra,
ella aprende algo nuevo siempre, “pues cada
personaje me enseña algo, además de que descubro algo más de Ana Lucía. A veces
encuentro cosas de mí que no conocía. Cada obra hace que me desarrolle más”.
Ella opina, respecto a las cualidades que debería tener un actor o actriz, que
“debe tener el bichito de la curiosidad,
querer saber más, ser responsable, puntual. Mis papás siempre me enseñaron a
llegar diez minutos antes, es por respeto a tus compañeros. Una obra de teatro
no la haces solo, la haces en grupo. Hay que tenerle respeto a todos los
involucrados”.
Agrega además, que nunca se deja de
aprender, por más que se haya tenido un recorrido súper largo. “Cada actor con el que vas a interactuar
tiene una forma de trabajar y cada obra tiene un mensaje diferente. Como actor,
uno no puede quedarse en lo cómodo, porque cuando caes en la zona de confort,
caes también en lo ordinario y no tienes desarrollo”. Del mismo modo y
gracias a su experiencia, Ana Lucía ha podido lidiar con directores que le han
dejado aprendizajes de todo tipo, pues “cada
director tiene su forma de dirigir. Ximena Arroyo me dio un personaje
totalmente diferente a mí, me retó un montón. Era toda una exploración. Katty
Serrano me ayudó a explorar mi personaje a través de la improvisación”.
Veranos y proyectos
Ana Lucía está muy agradecida por la experiencia
de El último verano, pues pudo
ponerse en los zapatos de “Dianita”, un personaje que, además de poder
demostrar su versatilidad actoral, le permitió conocer un poco más de lo que es
convivir con autismo dentro de una sociedad como esta. “Ella sería invisible, pasaría desapercibida. Es un tema de inclusión
social que me chocó”. Ella investigó sobre su personaje, leyó foros de
mamás contando sobre sus hijos con autismo, y fue una experiencia muy fuerte. “Una chica con autismo hizo un video de su
día a día sin hablar, solo se comunicaba a través del teclado. Ella misma escribió:
“Yo no me siento autista, solo que a veces mi cerebro hace cosas que yo no
quiero hacer y no entiendo por qué. El único momento en el que me siento
autista es cuando veo caer el agua del caño, mi cerebro se pone el blanco”. “Dianita”
me enseñó eso”.
Como
actriz, Ana Lucía tiene muy claro su propósito. “Quiero transmitir mensajes a la gente a través del teatro. Lo lindo es que se genera una conexión muy fuerte entre el público y los actores, al punto de sentirte involucrado en la obra e identificándote con uno de ellos". A veces, el teatro está en riesgo de perder su esencia cuando se
empiezan a montar productos repetitivos por el mero hecho de ser comercial; sin
embargo, Ana Lucía cree que “hoy por hoy
veo más riesgo en escena, es bonito tocar temas que no son escuchados. A veces
olvidan los mensajes, y solo distraemos o divertimos a la gente. Falta empezar
a mover el teatro por ese lado para que la gente pueda interesarle. Las obras
que te dejan pensando son las obras que te dan un mensaje, una pregunta que
resolver”.
Ana Lucía está dirigiendo actualmente
una Casa de Terror Cultural en el Asia Park, en el bulevar de Asia. “Esta casa no es la típica de terror, lo que
queremos es dar un mensaje, no solo asustar. Queremos desenterrar a todos estos
héroes que no han sido escuchados. Que estos personajes puedan contar su
historia y a la vez asustando para que esta generación no se aburra. Sacar leyendas, mitos peruanas
contando historias, culturizando”, nos cuenta a la expectativa. En cuanto a
producciones teatrales, estrenará en Aranwa Zodiaco, una obra de soundpainting en torno al zodiaco chino,
dirigida por Mario Gaviria, los martes y miércoles del 27 de febrero al 14 de
marzo. “Somos doce artistas en escena con
diferentes tipos de disciplinas, como canto, danza, música, origami, burbujas,
improvisación, acrobacia, entre otras. Feliz de estar dentro de este grupo con personas
tan talentosas, es muy enriquecedor, cada día aprendo más de ellos”,
comenta.
¿Qué opinión tiene Ana Lucía del
panorama de las artes escénicas para los actores y actrices? “Ahora estoy viendo que hay más trabajo para
actores que recién están comenzando. Por ejemplo, este evento que hace Oficio Crítico me parece genial, tanto
actores con experiencia como otros que recién empiezan son tomados en cuenta
por su trabajo. Esto incentiva a los actores de nuestra generación a continuar,
por ese lado se están abriendo más puertas en este mundo. La perspectiva es que
tiene que seguir creciendo, que está cambiando”. El trabajo del artista no
se puede desligar del contexto político donde vivimos, por lo que Ana Lucía
comenta que “los actores debemos continuar,
no nos debe detener nada; seguir por más que haya una bomba detrás. Hay que
seguir. Hay que apoyar al Perú, ser sinceros con lo que opinamos. Hablo,
converso, defiendo, digo lo que pienso”, finaliza.
Stefany Olivos
25 de
enero de 2018
1 comentario:
Esto es sólo la punta del témpano. Hay un camino súper largo para ti AnaLú y brillarás más que el sol.
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