Ama… El último recuerdo es ante todo, un espectáculo unipersonal que se
decanta en múltiples interpretaciones. Desde el mismo título, tal como lo
menciona el crítico Percy Encinas, que puede hacer referencia ya sea al
imperativo del verbo amar, pero también a dos significados diametralmente opuestos:
la criada obediente o la propietaria autoritaria. Todo un juego de simbolismos
que asoma orgánicamente en el escenario, a cargo de la compañía chilena Reverso
Teatro, de la mano de la versátil actriz Valeria Salomé Martínez y de la
acertada dirección de Carola Soto Monsalve. Un intenso e inteligente trabajo
que manifiesta la postura del grupo, en favor del valor que debe tener la mujer
en nuestra sociedad.
La temática de la pieza comparte muchas similitudes con nuestra
realidad, convirtiéndola en universal. Con ligeras adaptaciones para ubicarla
dentro de nuestro contexto, Ama… El último recuerdo nos presenta a Lucía, un
ama de casa aburrida y frustrada con su vida matrimonial, pero que debe
aparentar todo lo contrario ante la sociedad. Es esta la principal virtud de la
obra: el juego de apariencias que marca el tono del montaje, el que debe
enfrentar Lucía día a día, y que también se deja ver en la abstracta presencia
del esposo, llamado convenientemente Henry Peter Schmidt Mamani, con los dos
nombres y el primer apellido de “alcurnia”, pero que su segundo apellido delata
sus verdaderos orígenes, e involucrado éste a su vez, con el conflicto armado
que azotó la nación.
El tono expresionista y los atisbos de sobreactuación de la actriz son
coherentes con la propuesta escénica, muy surreal y onírica, con una
interesante dirección artística que conjuga los colores negro (la violencia, la
muerte) y rojo (la pasión, la sangre). El público es testigo entonces, de una
sólida denuncia sobre la situación de la mujer latinoamericana y de aquel
injusto rol a la que se le ve relegada, incluso ahora, en estos tiempos de
cambios y apertura. Ama… El último recuerdo es un interesantísimo montaje
teatral, que estará de vuelta en diciembre en la Casa Espacio Libre de Barranco,
siempre a cargo de Reverso Teatro. ¿Algún doble lectura en el nombre del
colectivo? Pues es el reverso de la situación, lo que no se ve a simple vista,
lo que precisamente explora el grupo y que debe alcanzar al espectador. Ama… El
último recuerdo lo logra con creces. De visión obligatoria.
Sergio Velarde
30 de noviembre de 2014
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