jueves, 25 de agosto de 2022

Crítica: Vallejo estuvo aquí


El aguacero de la memoria

Mientras apreciaba el montaje de Rocío Limo, me ponía a pensar en las palabras de la esposa del poeta, Georgette Vallejo. Me acordé del libro de memorias El pez en el agua de Mario Vargas Llosa, quien en su juventud llegó a conocer a la viuda del poeta, pues él solía ir a tertulias literarias organizadas en casa de la señora, junto con otros escritores de la época. Según él, Georgette Vallejo aseguraba que le entristecía que la obra del poeta no fuese divulgada más allá de los poemas conocidos y despotricaba de la sociedad limeña por su poca pasión por la lectura. En ese sentido, creo que el montaje hace un homenaje a César Vallejo, pues lo muestra en una dimensión más allá de los fetiches y de lo convencional. Vallejo estuvo aquí muestra al poeta peruano desde una dimensión humana con errores y virtudes.

En general, la presentación lo deja a uno anonadado, pues fue demasiado conmovedora. Desde el punto de vista de la narración dramática, el montaje me hizo reflexionar acerca del teatro testimonial. Creo que existen diferentes maneras de presentar este estilo de teatro. Tengo que confesar que yo esperaba ver un montaje muy abstracto y bastante alejado del Vallejo convencional. Menciono esto, porque tengo experiencia en haber asistido a montajes de otros colectivos teatrales que prácticamente presentaban obras tan complejas e inefables, que diera la impresión de querer demostrar que su trabajo es tan perfecto y que nadie lo puede entender. De esta manera, dejan entrever que el teatro es una cosa muy especializada e inaccesible para la gente común. En ese sentido, tengo que confesar que el trabajo de Limo se puede resumir en una palabra: humildad. La actriz Eliana Fry siempre se mostró de una manera empática y dialogante con el público. Su actuación y sus movimientos fueron únicos, pero al mismo tiempo su pedido para que todos estemos concentrados en la invocación al poeta, hizo que la gente empatizara inmediatamente con la obra. La manera cómo se dirigía al público fue muy clara y dialogante, y no parecía fingida. Mientras miraba la obra, me ponía a pensar cuántas personas del público posiblemente viven por primera vez la experiencia teatral y estoy seguro de que después de este montaje seguirán yendo a más. Recalco esto último, porque muchas veces he visto obras que pareciera que buscan todo lo contrario. Felicidades a la producción.

Por otro lado, se apeló a herramientas muy interesantes desde el punto de vista del lenguaje audiovisual. Limo grababa a Fry en diferentes estados de abstracción en los que ella se encontraba. Mientras que el escenario era una serie de fotos y palabras asociadas al poeta, un ecran en la pared reflejaba la grabación de Limo. De esta manera, la experiencia de las emociones de la actriz llegaba a verse mejor y en un mejor plano. A primera vista, se rompía la cuarta pared teatral, pero precisamente estos detalles hacían que el montaje fuese único. A pesar de que la presencia de Limo era evidente, esto no hacía perder al ambiente de invocación. Sencillamente fue hermoso.

Finalmente, creo que el montaje tranquilamente pudo haber sido presentado virtualmente y habría funcionado de igual manera. La idea de la invocación me pareció muy original.

Enrique Pacheco

25 de agosto de 2022

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