sábado, 19 de julio de 2025

Crítica: DESPUÉS DE CASADOS


Escenas de la vida conyugal

Debe registrase que quien escribe tuvo mucho temor de acercarse al Teatro Auditorio Miraflores para apreciar la nueva versión de Después de casados, luego de su estreno en el 2017 y que motivara, en aquella oportunidad, estas líneas. Grata fue mi sorpresa al comprobar que su autor y director, el incansable Gianfranco Mejía, haya corregido ciertos aspectos que no solo se inscriben dentro de un coherente ejercicio de responsabilidad creativa (todo espectáculo público tiene, se quiera o no, un compromiso social ante sus espectadores), sino que además consigue una puesta en escena más reflexiva y fluida, a pesar de lo sencillo de su trama, que se centra en los días más espinosos y tirantes que debe enfrentar un matrimonio joven.

Las relaciones de pareja constituyen una veta dramática crucial e intermitente para el Mejía dramaturgo, que ya pudimos ver en otras de sus propuestas escénicas a lo largo de los años, con estrenos y reestrenos en claves de comedia y drama, de piezas como Relación tóxica o La crisis de los 3 años. En esta oportunidad, las dificultades económicas y las diferencias de caracteres hacen mella en la unión sentimental de Mariana (Giselle Collao) y Alberto (Jorge Bardales) que desencadenan previsiblemente agresiones psicológicas y físicas; sin embargo, estas se encuentran manejadas aquí con una mayor sutileza y sobriedad, en una escalada de violencia más creíble (y por ende, más inquietante) y con una construcción de personajes consecuente con la historia que se narra, en la que Collao y Bardales se lucen como competentes intérpretes dramáticos.

Acaso lo más destacable del conjunto, para los que vieron el estreno de esta puesta hace años, sea el nuevo final, uno que fuera bastante polémico y que Mejía sabiamente ha sabido convertir en una situación menos controvertida, pero que a la vez resulta más dramática y conmovedora, gracias en parte al buen trabajo de los actores protagónicos; por cierto, una labor que opaca, en gran medida, las cortas intervenciones de los personajes de apoyo. Para este servidor, la nueva versión de Después de casados luce más madura y confirma que Mejía sigue evolucionando como creador escénico, siempre de la mano de actores que sean capaces de humanizar los conflictos, por más sencillos que estos sean, y convertirlos en recomendables experiencias teatrales.

Sergio Velarde

19 de julio de 2025

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